40 años de existencia de la sala de cine, de 1946 a 1987 y en la reapertura en 1992,
El cine llega a Escazú:
El sábado 10 de agosto de 1946, abrió sus puertas e hizo su primera proyección al público el Teatro Escazú, que más tarde se llamaría Cine Escazú.
La idea de su creación nació del desaparecido educador don Benjamín Herrera Angulo y del empresario don José Márquez Mendoza, quienes se tomaron la tarea de construir un teatro de dos plantas que permitiera a los habitantes de Escazú disfrutar de este espectáculo sin tener que salir del cantón.
La iniciativa tuvo una gran acogida por parte de los escazuceños, quienes a menudo abarrotaban la sala, principalmente con las películas del famoso comediante mexicano Cantinflas. Además, muchas veces se proyectaron cintas del oeste protagonizadas por el actor Ronald Reagan (ex presidente de Estados Unidos.)
En sus primeros años, esta sala ofrecía funciones únicamente los días martes, jueves, sábados y domingos, a las 7:30 p.m., y la entrada costaba un colón; los domingos había matinee a las 2:30 de la tarde, y la admisión tenía un costo de una peseta (25 céntimos.)
En la década de los años 20 se estuvo exhibiendo, durante varios años, cine mudo en el salón de la Escuela de Escazú (hoy Escuela República de Venezuela.) También existió una pequeña sala de cine mudo, 50 metros al este del actual palacio municipal, que perteneció al señor Agustín Flores.

Años antes de inaugurarse el Teatro Escazú, sus fundadores exhibieron cine sonoro en el salón de la Escuela de Escazú y, más tarde, en el Salón Protti (que estaba ubicado 50 metros al sur de la actual casa cural).
En el año 1949 se inauguró una sala de cine sonoro en San Rafael —por donde hoy está el Centro Comercial El Cruce—, con el nombre de El Monte Casino. Funcionó durante unos años, y fue fundado por el señor Hernán Fernández, quien luego se lo alquiló a don Alvaro Masís Guerrero.
El Teatro Escazú se levantó en el mismo lugar donde funcionó hasta 1992 —25 metros al oeste del Banco Nacional—, año en que cerró definitivamente sus puertas, ahogado por el auge de las películas en video y la galopante inflación, que terminó por alejar a las clases populares de las salas de cine, logrando sobrevivir solo las de mayor categoría.

Todavía hasta 1980, el Cine Escazú mantuvo una buena afluencia de espectadores, que hacía que el negocio fuera rentable. Para ese entonces, se presentaban funciones todos los días, de lunes a sábado a las 7:30 p.m., y los domingos los famosos matinees a las 2:30 p.m., y por la noche, tanda de 6:30 y 8:30 p.m. La entrada costaba ¢5 entre semana y los fines de semana ¢6; en los matinees se cobraba ¢2,5.
Mucha gente que asistió al cine por ese tiempo, recordarán a doña Betty, una simpática señora, quien por muchos años tuvo una soda dentro de la sala, donde vendía unos deliciosos helados caseros.
Unos años después de que se cerró el Cine Escazú, se inauguraron dos salas de cine en San Rafael, con el nombre de Cines Colonial, y más recientemente, la apertura de ocho salas de cine en el centro comercial Multiplaza, en Guachipelín, con el nombre de Cinemark. Todas estas salas, ubicadas en el cantón de Escazú, cuentan con el avanzado sistema de sonido digital DTS.

Referencias:
Marco Antonio Roldan, El Informador Escazú.
Investigación e ilustración por Mi C.R. de Antaño.