Después de la Independencia en 1821, los gobernantes de Costa Rica buscaron la apertura de nuevas vías de comunicación para estimular el comercio. Era urgente un camino al Caribe más corto que el que desde tiempos coloniales existía hasta Matina y Moín, pasando por Cartago y Turrialba (ver Molina Montes de Oca, 2005, pp. 311-329). El arribo de buques a Matina y Moín era ocasional; pero, puertos como San Juan del Norte, que había sido habilitado como tal en 1796, recibía naves con mayor frecuencia (González Villalobos, 1976, p. 22). “En 1827 el gobierno emitió un decreto que ofrecía 500 pesos en efectivo y 1000 pesos en tierras a quien descubriera una ruta al norte” (González Villalobos, 1976, pp. 24-27).«

El viajero más notorio en salir de Costa Rica en 1827, atravesando la cordillera entre los volcanes Poás y Barba, fue el ingeniero inglés Richard Trevithick —inventor del motor de vapor de alta presión (en 1808 Trevithick lo colocó sobre ruedas y rieles, convirtiendo el conjunto en la primera locomotora)—, quien decide regresar a Inglaterra y traer más capital para invertir en las minas de oro de los montes del Aguacate, pero su muerte en 1833 frustró esa iniciativa. El mapa de la ruta, que le tomó a Trevithick tres semanas para llegar a Greytown desde San José (el mapa ilustra también la ruta de Mora en 1820), fue dibujado por su hijo y está ilustrado en Hodge (2003, p. 38). La descripción del camino está disponible en Fernández Guardia (1938, p. 503).