Una dirección no se trata solo de directrices para encontrar un lugar. Consiste en ubicar dentro del espacio los elementos trascendentales, constructores de nuestra conciencia colectiva.La forma en la que se reproducen los sistemas de direcciones resulta absolutamente cultural.

El costarricense, por ejemplo, hace uso del signo: la cantina, la pulpería, el minisúper, la casa de don “fulano”; es decir, su espacio familiar y cotidiano adquiere trascendencia histórica y sagrada. Estos elementos conforman, por lo tanto, el paisaje: “vivos e inertes, naturales y antrópicos, es más dinámico y a la vez más vulnerable que otros objetos de la identidad”. ..continúa en el siguiente enlace:
https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/herencia/article/view/19038/19126Referencias:
María Gabriela Campos Murillo. Bachiller en Filología Española, Universidad de Costa Rica. Licenciada en docencia con énfasis en Filología Española, Universidad Estatal a Distancia y egresada de la maestría de Español como Segunda Lengua, Universidad de Costa Rica. Profesora universitaria desde el 2005. Actualmente, ejerce en la Universidad Nacional y en la Universidad Estatal a Distancia como académica de las carreras Literatura y Lingüística, y Secretariado Administrativo, respectivamentegabriela.cmurillo@gmail.com
Revista Herencia Vol. 27 (1 y 2), 39-46, 2014. LA MEMORIA CULTURAL A TRAVÉS DE LAS DIRECCIONES TICAS.