“ El Tranvía de Cartago ”
A los finales del siglo, muchas ciudades se modernizaban con el moderno sistema de trenes de corta duración. Fue tan extraordinario que de los trenes grandes que conectaban las ciudades se pasaron a los pasajes cortos dentro de la ciudad que se llamaban tranvías.
En 1886 el inglés Silas Wright Hastings gana la licitación para construir la línea en la ciudad de Cartago. En el año 1888 se inaugura la primera línea de trenes inter urbano de Costa Rica. Estos vagones eran operados por una pequeña locomotora de vapor. ¡Eran de las pocas tranvías trabajando en todas las Américas! Seguir leyendo El primer balneario de Costa Rica…Agua Caliente de Cartago→
La casa terminada y transformada circa 1900. Sus paredes cubiertas de mármol brillan al sol. Esta es la primera gran transformación de la casa. H.N. Rudd, 1900
La propiedad que hoy alberga la Casa de la Ciudad originalmente pertenecía a unos curas. Fue mandada a construir por el padre Fulgencio Bonilla entre 1879 y 1880. De arquitectura sólida este edificio está influenciado por el neo clásico francés y por su suntuosidad y es una excepción en la arquitectura urbana cartaginesa. En su construcción mixta intervinieron el calicanto, la tela metálica y la madera, así como detalles decorativos de granito labrado. Sus pisos, cielos y paredes de tablilla fueron dispuestos con un alto sentido decorativo. Los materiales de construcción eran sumamente novedosos en aquel tiempo, sobre todo porque la ciudad decimonónica había sido edificada con adobe y calicanto. La Casa Pirie hace gala de su fortaleza antisísmica con sus paredes de calicanto de 70 cm de espesor. El inmueble de dos pisos, presenta un claustro central cerrado por trabajo de herrería y columnatas y a la vez rodeado por dos corredores, uno inferior y otro superior.
Entre 1880 y 1900 el Dr. Pirie la adquirió y sobre sus gruesas paredes de casi un metro de ancho le hizo una segunda planta donde ubicaría su casa de habitación. En la planta de abajo tendría su consultorio y en la esquina sur este ubicaría a la recordada botica que durante muchos años administraría su sobrino Willy Pirie.
En esa esquina de la casa actualmente se observa, tapado con mortero, lo que en ese tiempo fue un escudo que decía «Botica Pirie Hnos.» Tanto la botica como el consultorio eran muy famosos y concurridos porque en esa época casi no había médicos en Costa Rica. Las recetas, elaboradas por él, eran expendidas en la farmacia y los pacientes, ricos y pobres, niños y adultos aquejados por las enfermedades propias de la época acudían a él constantemente. Mi valiente abuelo, fue un hombre muy querido en a vieja ciudad de Cartago.
Fotografía tomada en 1904 por H.N. Rudd, se aprecia el corredor de la planta alta de la Casa Pirie en Cartago. En ella observamos a la madre del Dr. Pirie sentada con unos invitados y a la derecha a don Mateo, quien trabajó con ellos mucho tiempo y tenía fama de ser el mejor cocinero de la ciudad. 1904Desde el balcón de su casa de habitación, el Dr. Pirie observa la escena que se desarrolla en el patio que albergaba los coches de la familia. En primer plano y a la izquierda se observa a don William Henry Pirie, conocido como Willy Pirie, en compañía del Dr. Henry H. Pirie y su señora esposa y bebé. Estaban de visita en Costa Rica desde Canadá. Nótese los techos de teja, la baranda de madera y la aplanadora de lastre utilizada para mantener el patio en buen estado. Rudd, 1904.
Fotografía de H.G. Morgan de la calle principal de San Ramón, 1892. El tiempo se congela ante el telegrafista de la izquierda que vise de kepis y corbatín. Observamos que algunas personas han salido de sus casas para conversarle.Iglesia de San Ramón, H.G. Morgan, 1892
Recopilado del Libro El tiempo Congelado de Fraser Pirie. Autorizada.
Plaza de Grecia, 1892. En esta fotografía de Morgan vemos a algunos jóvenes campesinos conversando en la calle y al fondo podemos apreciar la emblemática Iglesia Católica de Grecia. Desde entonces existen en nuestros pueblos algunas edificaciones de dos plantas.
Tomado de El tiempo congelado de Fraser Pirie. Autorizada.
Una calle de Alajuela en 1892. A la derecha se observa una lámpara de canfín característica de esos tiempos. Bajo el fuerte sol alajuelense, todos usan sombrero y chaqueta. H.G.Morgan.Alajuela, Calle 2 y Avenida Central. Al frente de la fotografía se aprecia el negocio denominado Arturo Villegas A., donde venden refrescos de agua, gaseosa y hielo. Al fondo claramente se ve el cuartel de la ciudad. Es interesante observar que en varias partes a la orilla de la calle hay postes para amarrar caballos. La calle es de tierra compactada pero las aceras están bien construidas. H.G.Morgan, 1892
De acuerdo a la historia familiar, el Doctor Alexander Fraser Pirie Booth, salió de Canadá poco tiempo después de graduarse como Doctor en Medicina. Tomó el tren hacia New York y pasó por el registro de inmigración de Ellis Island con dirección a Chile, donde supuestamente ejercería su profesión. Sin embargo, frente a las costas del atlántico costarricense, la nave sufre serias averías quedando anclada por tiempo indefinido en el nuevo puerto de Limón. Luego de varios días de espera don Alexander decide conocer el país y llega por tren hasta Siquirres, donde contrata a un guía con su mula, que lo llevaría desde ]Siquirres hasta Cartago. La travesía por la espesa y húmeda montaña dura tres semanas. La montaña lo conquista y se queda a vivir en Cartago. Durante esa travesía por la cuenca del Río Reventazón se enamoró del intenso verdor de la jungla colgante, de la exuberante naturaleza de la zona y de la niebla que con su manto cubría el paisaje por las tardes.
Se educó en Qeens University en Kingston, Ontario y no fue una tarea fácil para lograrlo, pues todos sus hermanos trabajaron para financiar su educación.
El libro El tiempo Congelado es dedicado al Dr. Alexander Fraser Pirie.
Dr. Alexander Pirie Booth (1860-1942) y su esposa Mrs. Jean Bertram de Pirie (1884-1965)
El señor Fraser Pirie Robson escribe:
Durante la mayor parte de mi vida, he conservado un álbum de fotografías antiguas, muchas amarillentas debido a su antigüedad. El álbum se había quedado relegado en el olvido, en un estante de la biblioteca de nuestra casa de la finca en Agua Caliente de Cartago. Lo que a otros no les interesaba, se mandaba a la finca. Muchos años pasarían, en los cuales toda una familia se formaba, padres, hijos y luego nietos. El álbum de un tiempo congelado, se archivó durante años a la oscuridad de una enorme caja fuerte.
Ha llegado la hora de ofrecerles las fotos resguardadas y protegidas durante todo ese tiempo. Pido disculpas por adelantado, si muchas se centran alrededor de mis propios abuelos y de otras generaciones familiares. ¡Pero contar sus historias con fotografías es apasionante para mi, espero para ustedes, porque nos permite abrir una ventana hacia el pasado y ver la manera en que nuestro amado país se fue formando!
Un viaje en secuencias fotografías por Orosi y las fincas alrededor de las cuales muchas familias vivían las vistas de las ciudades principales de antaño, tomadas por H.G. Morgan en 1892, las del incomparable Harrison Nathaniel Rudd, experto fotógrafo en 1904 y finalmente la gran colección de diversas fotografías de los terribles y dolorosos eventos sísmicos el terremoto de Cartago de 1910, son los recuerdos que se plasman en este libro.
Es así como se podrá disfrutar y perderse en las fotografías de esos tiempos pasados. En aquellos tiempos donde los primeros lentes fotográficos congelaron para las futuras generaciones, sus momentos de felicidad, sus luchas y su visión al futuro.
Los hermanos del Doctor Pirie y sus respectivas esposas. A la izquierda Charles Napier Pirie, el Dr. Henry Hempten Pirie y William Pirie. El doctor está sentado en el sofá. En esa época, el vestido cotidiano significa vestir camisa, jacket y chaleco. Las mujeres iban con vestido largo. Se nota en las fotografías; andar solamente de camisa no era lo apropiado. (El tiempo congelado de Fraser Pirie)
Mientras veía las noticias matutinas un día de junio del 2017 anunciaron el libro gratuito de memorias fotográficas de Costa Rica, El tiempo congelado de Fraser Pirie. Inmediatamente tomé nota de todos los detalles para obtener el libro.
Al fin una mañana este llegó a mis manos y me sentí simplemente emocionada; primeramente de saber que una persona tan generosa y bondadoso quisiera compartir de manera gratuita un trabajo tan excelente como lo es este libro, donde está la historia no solo de Costa Rica sino de una familia que arribó a nuestra bella tierra y ahora sus generaciones nos acompañan en este pequeño pedazo de tierra, Costa Rica.
Muchas gracias señor Fraser Pirie por traernos tan bello trabajo a nosotros, a los amantes de la Costa Rica de antaño y muchas gracias por permitirme por este medio compartir esta obra tan excelente.