Los pueblos de Heredia y sus nombres…

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En 1818, representantes de los barrios de Heredia fueron citados por la Municipalidad de Heredia y por la Iglesia al cabildo. Ahí estaban puestos en un pequeño saco una serie de nombres de santos. Una vez reunidos, un niño sacaba del saco un nombre de un santo a petición de uno de los barrios. El nombre que salía era el nombre de santo que en adelante llevaría su comunidad. Así, los nombres tradicionales de los pueblos de Heredia, fueron cambiados por los que hoy tienen.

Piedra Grande pasó a ser San Rafael. Tibás, la Bermuda o El Jaboncillo, se convirtió en Santo Domingo. Quebrada Seca pasó a llamarse San Joaquín. El Pelón o el Rincón del Padre Ocampo pasó a ser San Antonio y este pueblo de nosotros, que se llamaba la Sabanilla Villalobos se transformó en San Pablo. Hornos y San Juan pasó a ser Santa Bárbara. San Isidro no apareció en aquella singular ceremonia porque entonces era parte de San Pablo. De 1848 en adelante se le comienza a mencionar como San Isidro. Barva no estuvo en este sorteo porque ya tenía ese nombre desde la época colonial y que corresponde al nombre del Cacique Barva.

Referencia:

  • Forjadores de Costa Rica.

El Gobierno en la colonia

Las diversas posesiones españolas en América estaban divididas en virreinatos (al principio hubo dos, luego tres y casi al terminar el siglo XVIII, cuatro):Nueva España, Perú, Nueva Granada y del Plata. Estos, a su vez, estaban constituidos por Capitanías Generales, conocidas a veces con el nombre de «reinos». Cada una de estas las integraban unidades territoriales y administrativas más pequeñas llamadas gobernaciones. Asimismo, entre los principales funcionarios aparecen los virreyes, capitanes generales y gobernadores.

Costa Rica, durante casi toda la época española, perteneció a la Capitanía General de Guatemala, que la formaban las siguientes gobernaciones:  Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, Soconusco, Verapaz y Chiapas. El Capitán General residía en Guatemala. Allí funcionaba también la Real Audiencia compuesta de oidores o jueces.

El gobernador de Costa Rica, cuando era propietario, lo nombraba el Rey por períodos de cinco años, con un sueldo de 2000 ducados al año que casi siempre pagaba la caja de Nicaragua; cuando era interino, lo nombraba la Real Audiencia.

Referencias:

Monge Alfaro, Carlos. Historia de Costa Rica. Librería Trenos, Décima Cuarta Edición. 1976.

 

Miguel Mora Porras, segundo Presidente de C.R.

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Miguel Mora Porrás

Datos personales:
Nació en San José, Costa Rica, el 29 de setiembre de 1816. Fue hijo de Camilo Mora Alvarado y Ana Benita Porras Ulloa y hermano del también Presidente Juan Rafael Mora Porras y del General José Joaquín Mora Porras.

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Felipa Montes de Oca y Gamero, esposa de Miguel Mora P.

Contrajo nupcias en San José en abril de 1840 con Felipa Montes de Oca y Gamero, de cuyo matrimonio nacieron doce hijos: Octavia, Esteban, María Agapita, José Abraham, Edelmira, Salomón, Micaela, Abraham, Miguel, Lucila, Ignacio y Juan Rafael Mora Montes de Oca.

Vida política:  fue un político costarricense, segundo Presidente de la República por 10 días, entre el 16 y el 26 de noviembre de 1849. Seguir leyendo Miguel Mora Porras, segundo Presidente de C.R.

El camino de mulas en C.R. y Panamá.

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La primera aparición del burro en el nuevo mundo se produjo en 1495, cuando Colón llevó en su expedición cuatro machos y dos hembras. En 1502 los españoles ponen el pie en territorio costarricense. Y revisando las páginas del libro “Y las mulas no durmieron” de Carlos Molina Montes de Oca, se nos revela como los hombres arrieros y las mulas fueron sin duda los primeros impulsores del desarrollo económico costarricense. Claro, en esos tiempos para transitar rodeando cerros, por viejos caminos indígenas, laderas, que mejor que la mula y el arriero, como nos dice el autor: “La humilde acémila o mula, incansable, tenaz, viajera del día y de la noche, siempre con la pesada carga en el endurecido lomo;…” Por ejemplo Vásquez de Coronado fue impulsor del “Camino de Mulas de Cartago a Panamá” pasando por Aserrí, Coris, Patarrá y otros sitios, según Franco Fernández (2008).

Esta ruta se denominó Camino Real o Camino de Mulas en la Costa Rica colonial.

Seguir leyendo El camino de mulas en C.R. y Panamá.

Antigua Casa Presidencial

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1955

El asentamiento de la élite se asentó en los alrededores de esta calle, comenzó a fines de 1870 con la construcción de la vivienda del dictador liberal Tomás Guardia (promotor del ferrocarril al mar Caribe).

Su casa se usó después para albergar las oficinas centrales de la yUnited Fruit Company, y por algunos años fue la Casa Presidencial.

Hoy en este lugar se encuentra el Tribunal Supremo de elecciones.

Tribunal Supremo de Elecciones2
Tribunal Supremo de Elecciones, Paseo Las Damas.

José María Castro Madriz, primer Presidente de C.R.

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Retrato de José María Castro, pintado por Tomás Povedano

 

Datos Personales:

José María Castro Madriz nació en San José, el primero de setiembre de 1818 (tres años antes de la Independencia). Fue hijo único de Ramón Castro y Ramírez y Lorenza Madriz y Cervantes, hermana del presbítero y doctor Juan de los Santos Madriz y Cervantes.

Contrajo nupcias en San José el 29 de junio de 1843 con Pacífica Fernández Oreamuno, hija del jefe de Estado Manuel Fernández Chacón y María Dolores Oreamuno y Muñoz de la Trinidad, y hermana de Próspero Fernández Oreamuno, presidente de la República de 1882 a 1885.

Estudios:
Cursó estudios elementales en San José con Rafael Ramírez Hidalgo y después estudió con el médico y abogado nicaragüense don Rosalío Cortés y el médico guatemalteco Nazario Toledo. Posteriormente fue enviado a estudiar a la Universidad de León, Nicaragua, donde se graduó de bachiller en Filosofía (23 de diciembre de 1838) y de doctor en Leyes (1° de noviembre de 1841) y en Filosofía (22 de mayo de 1842). Seguir leyendo José María Castro Madriz, primer Presidente de C.R.

La Educación Costarricense desde la Independencia hasta hoy (II Parte)

 

1821. Año de la independencia de los pueblos centroamericanos.Resultado de imagen para independencia de centroamerica

Situar el fenómeno educativo a partir del contexto de la vida independiente de los pueblos centroamericanos es de suma importancia. Esto significa que con la Independencia, las distintas provincias centroamericanas constituidas ya en países libres y nacientes estados soberanos, toman así las riendas de su vida política y cultural, de modo que tienen la potestad de decidir y construir sus propios destinos desligados de una autoridad imperial, que además de intransigente, era muy lejana a los intereses y necesidades de los habitantes de estas pobres y abandonadas tierras. Seguir leyendo La Educación Costarricense desde la Independencia hasta hoy (II Parte)

La Educación en Costa Rica desde la Era Precolombina hasta la independencia (I Parte)

La Educación antes de la Conquista:

La educación en las sociedades autóctonas costarricenses respondía, como se observó, a la vivencia del hombre como individuo y como grupo social, que de manera espontánea buscaba mejores formas para vivir en armonía con la Madre Tierra, Resultado de imagen para epoca precolombina costa ricaen un intento por sobrevivir y dar sentido a lo que los seres humanos llamamos Vida. Por eso, qué mejor forma de concluir que, afirmando con Jorge Luis Acevedo, lo siguiente:

“A ti hermano costarricense a quien todos llaman ‘indio’… en ti he aprendido a
ser valiente en el silencio. En ti he aprendido que para vivir se necesita solamente
respirar el aire y sembrar la tierra”. (Acevedo, p. 11).

La educación en el Siglo XVI (1500 a 1600)

1502. El 18 de Septiembre de este año, llegó Cristóbal Colón al territorio que más adelante se conocerá como Costa Rica. En su Cuarto y último Viaje, el Almirante de origen italiano (Cristóforo Colombo) arribó a la costa atlántica, más concretamente a Cariay o Cariarí, más tarde Limón.Resultado de imagen para epoca precolombina costa rica A partir de ese momento, y una vez que dieran inicio las primeras expediciones a lo interno de la región recién descubierta, da comienzo el proceso de conquista. No podemos hablar en estos primeros años de educación, pero sí cabe señalar que los primeros educadores fueron los clérigos europeos que acompañaban a los conquistadores. La catequesis se convirtió al mismo tiempo en adoctrinamiento e instrucción, y los religiosos los primeros maestros. Desde el descubrimiento y la conquista, la instrucción y la evangelización caminarían de la mano en ese proceso de sometimiento que experimentaron los aborígenes por parte de “los visitantes” europeos. La espada y la cruz fueron sin duda amalgama perfecta de la conquista. Seguir leyendo La Educación en Costa Rica desde la Era Precolombina hasta la independencia (I Parte)

El telégrafo en Costa Rica

Él [el telegrafista] desde su caseta,
observa y siente las palpitaciones del
mundo. Sus dedos siempre dóciles
envían frases de amor o de odio, anuncian
la vida o la muerte, la paz o la
guerra, las conquistas de la ciencia, los
triunfos de la civilización …. y su alma
sometida a esas bruscas emociones,
que su aparato recibe o envía acaba
por imprimir a su semblante una fisonomía
propia, de hombre indiferente,
cosmopolita, abierto á todas las ideas,
amigo de todas las razas.3
Manuel Sáenz Cordero, San José,

setiembre de 1911.

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Edificio de Correos y Telégrafos de C.R.

La comunicación por telégrafos irrumpe como proyecto de Estado entre 1857 y 1866. En esa década se emitieron decretos que autorizaron concesiones muy ventajosas a la Sociedad Internacional del Telégrafo Eléctrico, con sede en París; y al empresario norteamericano  Juan E. Noblea Los convenios no se ejecutaron.

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Lic. Aniceto Esquivel

La telegrafía en Costa Rica se había iniciado en 1868 con el contrato firmado entre el Lic. Aniceto Esquivel (1824-1898), representante del gobierno costarricense, con el empresario estadounidense Lyman Reynolds, quien también fue pionero de la enseñanza de esta ocupación y con el cual dio inicio el servicio telegráfico entre Cartago y Puntarenas. Al año siguiente el gobierno compró las instalaciones por la suma de 12.500. Resultado de imagen para el telegrafo en costa rica

El 7 de mayo de 1869 nombró a 14 personas para la operación y mantenimiento y se emitió un decreto que penaba con seis meses de trabajos en obras públicas a quienes dañaran los postes o líneas del telégrafo. Reynolds se dedicó a la enseñanza de la telegrafía.Resultado de imagen de postes del telegrafo en costa rica"

El tendido de línea pasó de 128.5 kilómetros en 1873 a 480 en 1879, con cobertura adicional desde Puntarenas a San Juan del Sur. El tendido telegráfico entre San José y Limón lo contrató y administró Minor Keith desde 1882. La oficina nacional de telégrafo se abrió el 29 de abril de 1891.

 

 

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Ver Edificio de Correos y Telégrafos de C.R.

 

Referencias:

Historia de las comunicaciones en Costa Rica (1868-1962). ICE, Oficina de Patrimonio Histórico y Tecnológico, San José, 1993-1994, pp. 24-29 y Tristán, Federico. “Historia del Telégrafo».

El San José de antaño con sus iconos arquitectónicos.

El símbolo arquitectónico de San José por excelencia, desde que fue inaugurado en 1897, ya no fue la Catedral o el Palacio Nacional sino el Teatro Nacional, orgullo también “nacional” —aunque para ese entonces pocos lo conocían en otras partes del país—. Según algunos viajeros, a la mitad del precio (todos especularon entre un millón de colones, francos, libras esterlinas, dólares su costo) hubiera cumplido las mismas funciones, ya que permanecía la mayor parte del año cerrado, demasiado rico para una capital periférica y para el deleite de una microscópica élite.Resultado de imagen para teatro nacional, foto antigua

Como opinaba Frank Carpenter en 1925: “Fue para los ricos y las clases pudientes de San José que este teatro fue construido. Ni un décimo de la población del país vive en la capital, y de estos no más que un décimo son los que pueden pagar para ir al teatro.”

George Palmer Putnam, azorado de la “suprema extravagancia” del Teatro, para un pueblo aislado de 40, 000 habitantes, entrevistó al político más popular entre los viajeros y pidió su opinión al respecto: Cleto González Víquez. Aunque éste, indudablemente estaba orgulloso del progresismo del teatro, en su opinión: “la mitad del dinero nos hubiera dado un amplio y buen teatro para San José. Y piense en los caminos que el otro medio millón nos hubiera dado.” González explicó al Putnam que un coche no podía avanzar más de una docena de millas desde el Teatro Nacional en dirección a los alrededores de la ciudad por la falta de buenos caminos. A pesar de las críticas, en lo que todos coincidieron fue que el lujo y la arquitectura interior y exterior del Teatro Nacional, lo situaban entre los mejores de la América Latina y era digno de cualquier ciudad en Europa (el mayor halago que podían hacer los extranjeros a las élites). Aunque el Teatro abría sus puertas cuando llegaba alguna compañía extranjera, también fue utilizado para los eventos sociales de la burguesía, como los bailes a los cuales se refirió la inglesa Lilian Elwyn Elliott en 1925: “El baile anual que ofrece el Presidente es la función social por excelencia en San José, donde las verdaderas hermosas josefinas (mujeres de la élite de San José) hacen su entré e en sociedad.”

En orden de importancia mencionaron el Asilo Chapuí

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Asilo Chapuí

(en la Calle a la Sabana), que más parecía a la residencia de un multimillonario rodeada de fuentes y jardines en las afueras de la ciudad, que a un hospital. Equipado con todas las facilidades modernas, al asilo los viajeros iban en “visita guiada”, conducidos por las personalidades médicas del hospital que se enorgullecían de mostrar los últimos avances en materia de salud, higiene e infraestructura moderna que se financiaba con la Lotería Nacional. La australiana Winifred James que estuvo en San José en 1912 quedó tan gratamente sorprendida del asilo que manifestó: “Si yo estuviera loca, escogiera estar loca en San José, ya que jamás he visto o escuchado o incluso soñado con un Asilo para dementes como el que hay ahí.”

Y Frank Carpenter rememoró de manera jocosa la anécdota que un compatriota suyo le contó acerca del asilo: “fácilmente comprendo porque los costarricenses necesitan un asilo para dementes. Será para internar a los hombres que convencieron al pueblo de construir el teatro.” Por supuesto, que estas no fueron más que fachadas “guiadas y jocosas” que no patentizaron las duras realidades cotidianas que vivían las y los internos del asilo. Los comentarios sobre el teatro y el asilo así como otros edificios modelo en San José, también revelan el fuerte prejuicio del extranjero occidental que por un lado criticaba la uniformidad de la ciudad como una prueba del atraso en la ciudad, y por otro, cuando conocían algunos nuevos edificios públicos que sí reunían esos requisitos modernos y eran “prototipos de la modernidad arquitectónica y de la higiene”, se mofaban como una pequeña capital podía pretender tal aspiración que no iba acorde con sus posibilidades económicas, ni con su escasa población y posición periférica.

En la década de 1900 según los viajeros, además del Teatro y el Asilo, los edificios más representativos en la ciudad fueron el Palacio de Gobierno, la Catedral y el Palacio Episcopal, el Museo Nacional, el Liceo de Costa Rica, el Colegio Superior de Señoritas, el Edificio Metálico, el Colegio Seminario, la Penitenciaría, el Hospital San Juan de Dios, el Banco de Costa Rica, el Matadero Municipal, entre otros. A medida que se construyeron nuevos edificios cobraron también relevancia como la Biblioteca Nacional o el Edificio de Correos. El Museo Nacional, no por su edificio, sino por sus ricas colecciones de arqueología y de la flora y fauna del país fueron altamente valorados por su la diversidad y el tamaño de las colecciones. Elliott señalaba que la excepción en Centroamérica era Costa Rica que tenía en un museo los tesoros artísticos, históricos y etnográficos del país, contrario a Guatemala o México cuyas grandes ciudades mayas o aztecas en el exterior no necesitaban de museos. A pesar de ello, Elliott resaltó que: “en cuanto a la habilidad y precisión en trabajos en piedra y a la perfección del arte cerámico, Costa Rica no tiene comparación. Iré más largo y afirmo que hay ciertos ejemplos de cerámica al sur de Costa Rica, del tipo Chiriquí, que son los especímenes de cerámica más finos producidos sin el uso de la rueda, que el mundo haya visto.”

Es evidente, que la diferencia, al menos de la fachada de la ciudad, con respecto al siglo anterior fue una mayor complejidad en el espacio urbano. La capital, sede de la “nación”, con nueva infraestructura, servicios públicos y arquitectura, que además de convertirse en símbolos arquitectónicos y puntos de referencia en la ciudad fueron también la expresión material del proyecto liberal que incluyó diversos ámbitos como la educación y la salud, entre otros.

En el siglo XIX, resaltaban sobre la cuadrícula de adobe y teja las torres de la Catedral y el Palacio Nacional en el corazón originario de la ciudad colonial. La polvorienta Plaza Central, rectora del espacio público en la mayor parte del siglo XIX y sede del activo intercambio comercial del Valle Central reflejado en el mercado de los sábados, definía la jerarquía urbana y social.

Pero en el siglo XX, aunque la ciudad de un piso de adobes y tejas perduraba en la impronta urbana, San José a vista de pájaro, aparece ahora más extendida, con un espacio urbano más especializado, comunicada por un tranvía eléctrico y el ferrocarril. Una ciudad, con nuevos espacios públicos, parques arborizados y enzacatados, con nueva infraestructura y nuevas reglas sociales para su uso, en cuyos jardines se instalaron los nuevos monumentos de campañas y héroes nacionales, pilar ideológico del proyecto liberal y de la creación de un nuevo espacio cívico en la ciudad. Las entradas a San José, fueron desde finales del siglo XIX dos paseos arborizados que conectaban a la ciudad con los suburbios. Y las élites se segregaban en barrios exclusivos, al mismo tiempo, comenzaban a consolidarse al sur y noroeste de la ciudad los primeros barrios populares (aunque los viajeros escasamente lo señalaron).

Referencias:

  • Quesada Avendaño, Florencia. Modernización entre Cafetales.

Lo que me dijo el mar!

Rogelio Sotela en 1925 fue Gobernador de la Provincia de Puntarenas, en donde se motivó a escribir uno de sus versos más hermosos: .

«LO QUE ME DIJO EL MAR»

Todas las tardes he venido

a sentarme aquí, frente al mar…

Y así, cada tarde he podido

aprender una lección más.

Acerco no sólo el oído;

el alma también va a escuchar

lo que me ha dicho cada tarde

la enronquecida voz del mar:

Y habla el mar:

-Hombre que te preocupas tanto

por toda pena que te dan,

ve esta visión de lejanía

y esta amplitud horizontal

y aprende así a abrir tu alma

serenamente al Bien y al Mal.

Yo destejo como Penélope

lo que había tejido ya

y como si fuera mal hecho

siempre lo vuelvo a comenzar.

Así los artistas debieran

repujar la obra en que están,

y todos sabor que en la vida

la perfección cuesta encontrar.

Preciso es nacer muchas veces

y aun tantas veces llorar

y sentir que son los tropiezos

y las penas, un auxiliar,

pues va modelándole el alma

entre sollozos, como el mar.

Y mira: tú te ensoberbeces

porque no puedes alcanzar

lo que quieres, y te fatigas

y pronto matas tu ideal…

Fíjate en mí cómo hace siglos

vengo en esta lucha tenaz

por deshacerme de este cauce

que me limita sin cesar;

y doy mis tumbos a la playa

a ver si la puedo pasar

y la impotencia me devuelve

hacia donde mi sino está.

Ah!, pero yo siento que mi impulso

algún día conseguirá

lo que se propone. Ahora

se rompe en espumas no más…

Por último quiero decirte

lo que no han visto los demás:

fíjate qué distintos nombres

a mis aguas los suelen dar:

espuma, ola, fuente, río,

y en el fondo, todo es mar!

¿Pues no soy yo agua en la espuma

y soy en la fuente termal,

lo mismo en la laguna quieta

que en catarata torrencial?

Agua en la nieve que te enfría

y agua la lava del volcán,

agua de mis senos profundos,

toda, de mi regazo va.

Vosotros a todas las cosas

diferentes nombres les dais,

y ésa es la sola diferencia,

¡cuestión de nombres nada más!

El viento y la nube y el árbol,

el sol y tú mismo, serán

lo que sólo han sido de veras:

aguas de una fuente abismal…

Porque todo viene igualado

del mismo Seno Universal

y Dios es el mar insondable

a donde todos volverán…!

Juan de Cavallón y Arboleda…biografía

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Juan de Cavallón y Arboleda había nacido en el año 1524 en la localidad de Castillo de Garcimuñoz de La Mancha Alta, dentro del entonces Reino de Toledo de Castilla la Nueva que formaba parte de la Corona de España. Casó con Leonor de Barahona y Escobar, hija del conquistador Sancho de Barahona. Hija de este matrimonio fue Ángela de Cavallón y Barahona, quien casó con el licenciado Ramírez de Alarcón, hijo de uno de los oidores de la Real Audiencia de Nueva Galicia.

Se graduó como licenciado en Derecho en la Universidad de Alcalá de Henares.

Fue nombrado el 26 de octubre de 1553 como alcalde mayor de Nicaragua. En 1557 el rey don Felipe II lo nombró oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo, pero no desempeñó el cargo.

En 1560 la Real Audiencia de Guatemala le encomendó la pacificación y poblamiento de Nueva Cartago y Costa Rica, territorio en el cual fuera nombrado alcalde mayor en 1561.

Para emprender la conquista de este territorio se asoció con fray Juan de Estrada Rávago y Añez, quien en octubre de 1560 fundó la villa del Castillo de Austria en la costa caribeña, pero esta población no subsistió.

Cavallón y Arboleda salió por tierra de Nicaragua en enero de 1561, pasó por Nicoya y llegó a Chomes, donde le esperaba alguna gente que le había precedido y emprendió la marcha tierra adentro, hasta un punto donde estableció un campamento llamado el Real de la Ceniza.Imagen relacionada

Desde allí despachó varios contingentes a diversos sitios, entre ellos uno al mando del sargento mayor Antonio Álvarez Pereyra, quien prendió al rey chorotega Coyoche en el valle de su nombre, al cual Cavallón dio el nombre de Landecho. Los súbditos de Coyoche vinieron al campamento a prestar servicios y con su ayuda se pudo continuar la marcha hacia el interior.

A finales de marzo de 1561 Cavallón fundó en el sector occidental del Valle Central de Costa Rica una ciudad a la cual dio el nombre de Castillo de Garcimuñoz, en recuerdo de su pueblo natal.

Posteriormente, después de haber sometido frágilmente los reinos huetares de Garabito, Pacaca, Corriravá (Curridabat), Tiribí y Yorustí, fundó la villa de Los Reyes, en las vecindades de la costa del Pacífico, con el puerto de Landecho en la ensenada de Tivives. Uno de sus tenientes, Ignacio de Cota, atravesó la Cordillera Central y llegó al Valle del Guarco.

Cavallón enfrentó la bravía resistencia del rey Garabito,

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Rey Garabito

al que no logró someter, y de otros monarcas y príncipes indígenas, a los que trató de modo despótico. Un príncipe llamado Quizarco, hermano del rey de Pacaca Coquiba, fue hecho prisionero por Álvarez Pereyra y llevado a Castillo de Garcimuñoz, donde Cavallón mandó azotarlo y encadenarlo, pero después logró fugarse.

Además, en Castillo de Garcimuñoz estuvieron presos una esposa y dos hijos del rey Garabito, también capturados por Álvarez Pereyra. Todo esto aumentó la resistencia de los indígenas.

El 28 de abril de 1561 el rey Felipe II nombró a Cavallón, fiscal de la Real Audiencia de Guatemala y en enero de 1562 el conquistador se marchó de Costa Rica, dejando el gobierno, en calidad de teniente de alcalde mayor, a fray Juan de Estrada Rávago y Añez.

El 25 de octubre de 1562 fue nombrado como fiscal de la Real Audiencia de México.

El licenciado Juan de Cavallón y Arboleda falleció en México en diciembre de 1565, en el desempeño de aquel cargo.

Monumento a Juan Santamaría

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El Gobierno del Lic. Bernardo Soto Alfaro (1886-1889) dispuso, mediante el Acuerdo N.º LXXXIII del 8 de junio de 1887, erigir en la ciudad de Alajuela un monumento a la memoria de Juan Santamaría, para perpetuar de ese modo el recuerdo glorioso de aquel héroe de la Campaña Nacional de 1856.
La decisión de la estatua reveló que el pueblo costarricense no fue un actor marginado como en los demás países centroamericanos, sino que supo levantar la bandera de la reivindicación de su propio héroe y darle su lugar aunque fuera de origen humilde.
El 28 de julio de 1887, el Congreso Constitucional de la República asignó la cantidad de cinco mil pesos del tesoro público para auxiliar la construcción del monumento referido (Decreto No. L). Finalmente, por Acuerdo N.º CXCI del 22 de agosto de 1888, se dispuso que el monumento de Juan Santamaría se erigiera en una nueva plaza que se haría al sur de la plaza principal de Alajuela. 
El diplomático costarricense Lic. Manuel María Peralta Alfaro encomendó al escultor francés Arístide Croisy, la elaboración de la estatua de Juan Santamaría. Arístide Croisy de origen campesino, nació en Ardennés, región fronteriza del norte de Francia. La guerra franco-alemana de 1870-1871 que le tocó vivir marcó con fuerza al artista en sus temas patrióticos con los cuales triunfó en su brillante carrera artística. 
La estatua la fundió Durenne y se hizo de bronce indestructible para simbolizar la inmortalidad. En la estatua, el soldado Juan, en sandalias y sin dejar el fusil-bayoneta, levanta la antorcha. En los dos bajorrelieves adyacentes, firmados por Gustave Deloy, se le ve salirse del rango al hacerse la pregunta ¿quién quiere quemar el Mesón? Y luego, en el segundo bajorrelieve tiene lugar el incendio del Mesón y la muerte de Juan.
El pedestal está rodeado de follajes de palmas,robles y laureles, símbolo de la gloria con el escudo de Costa Rica; las máscaras de leones representan la fuerza y la soberanía nacional. La inscripción reza así: Juan Santamaría, 11 de abril de 1856. Monumento erigido por suscripción pública, con el concurso del gobierno, al héroe muerto por la patria en la Batalla de Rivas de la guerra nacional contra los filibusteros”. 
Con dos cañones de 1886 —manufacturados en Francia— termina la configuración de un verdadero monumento democrático a los caídos, en donde sobresale la estatua de Juan Santamaría en su pedestal. Levanta la antorcha que fue real y también se vuelve símbolo de soberanía y libertad. 
El 15 de setiembre de 1891, durante la Administración del Lic. José Joaquín Rodríguez Zeledón (1890-1894), se inauguró la estatua de Juan Santamaría en la ciudad de Alajuela. Junto a la representación oficial exteriorizada en los discursos del secretario de Guerra, don Rafael Yglesias Castro; del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Lic. Ricardo Jiménez Oreamuno, y del representante de la Municipalidad, don Marcelino Pacheco, en un mar de banderas, el pueblo acudió de muchos lugares de la República. Testimoniaba que antes había contribuido recogiendo dinero para financiarla, ahora exteriorizaba su júbilo por el reconocimiento definitivo al héroe nacional.
Referencias:
  • Historiadora Laura María Rivera Figueroa.
    Departamento de Servicios Parlamentarios Asamblea Legislativa,2010.

Campaña Nacional…segunda Fase (1956-1957)

Entre diciembre de 1856 y mayo de 1857, Costa Rica tuvo dos frentes abiertos en el teatro de la guerra de la Campaña Nacional: uno en territorio nicaragüense, luchando en conjunto con el resto de los ejércitos centroamericanos, y otro en el río San Juan, con el objetivo de arrebatarle a los filibusteros el control de la ruta del tránsito. Los puntos sobre el río San Juan revestían gran importancia estratégica, dado que por ella recibían las fuerzas de Walker toda clase de refuerzos y pertrechos provenientes de los Estados Unidos, desde Nueva York y Nueva Orleáns. A esta segunda fase de la Campaña Nacional se le conoce como Campaña del Tránsito.

Combate naval de San Juan del Sur

Grabado de época que representa la batalla de San Juan del Sur.

El 1 de noviembre de 1856, mediante decreto, el presidente Juan Rafael Mora ordenó el bloqueo del puerto de San Juan del Sur y del río San Juan,​ con el objetivo de cortar la vía de comunicación por la que recibían refuerzos los filibusteros. Al día siguiente, un batallón de 400 soldados costarricenses al mando del general José María Cañas ingresó a Nicaragua proveniente de Liberia,​ ocupando San Juan del Sur, puerto vital para la vía del Tránsito. El 10 de noviembre, las tropas de Cañas rechazaron, cerca de Rivas, un ataque de 400 soldados filibusteros al mando de los oficiales Hornsby y Sanders, pero dos días después, William Walker, al mando de 600 hombres, derrotó a Cañas en Puente Grande, y lo obligó a replegarse hacia la ciudad de Rivas.

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Campaña Nacional…primera fase

Compatriotas:

¡A las armas! Ha llegado el momento que os anuncié. Marchemos a Nicaragua a destruir esa Falange impía que la ha reducido a la más oprobiosa esclavitud. Marchemos a combatir por la libertad de nuestros hermanos.

Ellos os llaman, ellos os esperan para alzarse contra sus tiranos. Su causa es nuestra causa. Los que hoy los vilipendian, roban y asesinan, nos desafían audazmente e intentan arrojar sobre nosotros las mismas ensangrentadas cadenas. Corramos a romper las de nuestros hermanos y a exterminar hasta el último de sus verdugos.

No vamos a lidiar por un pedazo de tierra: no por adquirir efímeros poderes; no por alcanzar misérrimas conquistas, ni mucho menos por sacrílegos partidos. No, vamos a luchar por redimir a nuestros hermanos de la más inicua tiranía: vamos a ayudarlos en la obra fecunda de su regeneración, vamos a decirles: Hermanos de Nicaragua, levantaos: aniquilad a vuestros opresores. Aquí venimos a pelear a vuestro lado por vuestra libertad, por vuestra patria. Unión, nicaragüenses, unión. Inmolad para siempre vuestros enconos; no más partidos, no más discordias fraticidas. Paz, justicia y libertad para todos. Guerra sólo a los filibusteros.​

Segunda proclama de Juan Rafael Mora Porras. 28 de febrero de 1856.

El Ejército Expedicionario de Costa Rica marcha al frente de batalla. Diorama del Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, Alajuela, Costa Rica.

Confirmada la intención de William Walker de invadir Costa Rica, según las noticias que desde Washington D.C reportaba el embajador Luis Molina al presidente Juan Rafael Mora, éste convocó, el 25 de febrero de 1856, a una sesión extraordinaria del Congreso de la República, ante el cual expuso el peligro que significaba la amenaza filibustera para la integridad del país, por lo que solicitó la autorización de llevar la guerra a Nicaragua. Meses antes de la partida del Ejército Expedicionario de Costa Rica hacia Nicaragua, el presidente Mora había nombrado al general salvadoreño José María Cañas Escalante, cuñado suyo, Seguir leyendo Campaña Nacional…primera fase