Ayer y hoy (Fotografía actual de Wikimapia, Montaje fotográfico por Maritza Cartín)
El emblemático Club Social de Cartago ubicado sobre la Avenida Central de esa provincia, 150 metros al oeste de la municipalidad fue inaugurado, aún sin terminar, el 1° de junio de 1923, tras una inversión de casi ¢80.000, según consta en el libro Señales en el cielo… El terremoto de 1910 y la transformación de la arquitectura de la ciudad de Cartago.
Tres años más tarde, en junio de 1926, se terminó su construcción y se dotó de un suntuoso mobiliario. Todo por un costo total de ¢125.000, según dicha publicación, de la autoría de Carlos Luis Fallas Pastor y Sonia Lucrecia Gómez Vargas.
La edificación es de 1929 y pertenecía a Tadeo Mora. Al principio era de una sola planta y lo que había era una pulpería. En 1949 se construyó la segunda planta y ahí había unas mesas de billar. A los hombres les gustaba pasar la tarde jugando pool, mencionó Paulina (familiar de Tadeo Mora), quien administra el lugar junto a su mamá, doña Paulina Sáenz y sus hermanos Adolfo y Vinicio.
En los años 50, las mesas de billar desaparecieron para dar campo a un salón de baile que se mantuvo durante toda esa década.
«Una anécdota con ese lugar es que el padre de la basílica estaba un día dando misa y la música estaba muy fuerte entonces se bajó del púlpito y fue a regañarlos».
Pocos años después de abrir el restaurante, ese segundo piso se convirtió en la casa de habitación de don Édgar y doña Paulina Sáenz. Desde hace unos 25 años pasó a ser un hotel que cuenta con siete habitaciones al que mayoritariamente llegan turistas europeos.
Inspiración española De seguro en este punto más de uno se habrá preguntado porqué ese edificio esquinero con tanta historia y tan famoso se llama La Puerta del Sol, la respuesta es sencilla.
«Mi abuelo exportaba naranjas a España y le llamaba mucho la atención el pórtico conocido como La Puerta del Sol (que está en el centro de Madrid) y por eso el nombre que tiene desde que era pulpería», contó Paulina, quien sacó pecho diciendo que es de los comercios más viejos que quedan en la provincia.
Mora confirmó que en estos años son muchas los novios que le han salido al restaurante, desde chinos hasta franquicias han querido hacerse del lugar, pero esta familia no quiere soltarlo, quiere mantener el legado.
Referencias:
-Ricarado Silesky, Periódico La Teja, 13 agosto del 2017
-Fotografías de Internet. Ensamble de fotografías de Maritza Cartín