En 1540, Diego Gutiérrez y Toledo fue nombrado gobernador de la recién creada Gobernación de Nueva Cartago y Costa Rica, cuyo límite sur se situaba a partir de donde terminaba el Ducado de Veragua y su límite norte en el río Aguán (actual Honduras), con excepción de los territorios encomendados a otros gobernadores.
Diego Gutiérrez llegó a Granada procedente de España y enfrentó la oposición del Gobernador de Nicaragua Rodrigo Contreras, pese a lo cual organizó su expedición. Navegó el Lago de Nicaragua y el río San Juan hasta la desembocadura, luego recorrió el litoral caribeño hasta penetrar en territorio costarricense por el río Suerre (hoy río Parismina), donde fundó las poblaciones de Villa Santiago y San Francisco. Avanzó luego río arriba hasta dar con una gran ranchería- A pesar de ser bien recibido, apresó a los caciques Camaquire y Cocorí con el propósito de que le suministraran alimentos3528 por lo que los indígenas se rebelaron, quemaron sus propios pueblos, cortaron los árboles frutales y se internaron en las montañas, llevándose las cosechas, para quitar todo medio de subsistencia a los españoles.

Gutiérrez decidió perseguirles y se internó en las llanuras de Santa Clara para salir a la Cordillera Central, en las faldas orientales del volcán Turrialba, donde fue emboscado y murió (1544). Tras su muerte, no hubo más expediciones españolas a partir de la costa caribeña.
En general, las expediciones españolas en el Caribe costarricense terminaron en fracaso, por el alto costo en barcos, armas, provisiones y hombres que significaron para los pobres réditos obtenidos. Tres fueron los factores que provocaron este escaso éxito:
-El duro medio geográfico de la costa caribeña, influenciado por un clima lluvioso adverso.
-El escaso apoyo logístico por parte de las ciudades de Granada y Nombre de Dios (de dónde salían las expediciones) que imposibilitaba un adecuado abastecimiento de los exploradores, lo que les forzó, aguijoneados por el hambre, a saquear el territorio indígena; a consecuencia de lo anterior, la población indígena ofreció una alta resistencia militar que impidió su reclutamiento por parte de los conquistadores.
Referencias:
Botey Sobrado, Ana María (2002). Costa Rica: desde las sociedades autóctonas hasta 1914. Editorial de la Universidad de Costa Rica.