La población del Murciélago, era el nombre en aquel tiempo para la zona de Tibas, (ubicado en actual distrito San Juan, cantón de Tibás). Tuvo su primera ermita en 1837, previa solicitud y financiamiento de vecinos del lugar (Campos Ramírez, 2014, P.128). Desde esa fecha se estableció la Ayuda de Parroquia que abarcaba las poblaciones de Uruca, San Vicente y San Isidro, entre otras (Campos Ramírez, 2014, P.133).
En 1852, los vecinos de San Juan del Murciélago solicitaron la creacción de la parroquia, sin embargo, esa petición fue denegada. Finalmente, mediante un movimiento de las fuerzas vivas de ese lugar, firmas de vecinos y estudio de las autoridades eclesiásticas, el obispo Monseñor Anselmo Llorente la erigió en parroquia el 2 de enero de 1865 (Archivo Histórico Arquidiocesano, 1865).
También se definieron los límites de la parroquia a saber: Por el norte y colindando con la parroquia de Santo Domingo desde su punto en el Río Virilla denominado “el Paso de los Castro”, siguiendo el curso de dicho río aguas abajo, hasta la confluencia con él de una Quebrada llamada de ”Los Rivera”, siendo de advertir que dentro de esos límites queda incluido un lugar llamado “La Islita”, que se encuentra entre dos brazos del mismo Río Virilla, que antes había pertenecido a Santo Domingo y ahora queda unido a San Juan. Por el oeste y sur, colindando con las parroquias de San José y Guadalupe, desde el referido punto de confluencia de la Quebrada de Los Rivera con el Rio Virilla, siguiendo el curso de la quebrada aguas arriba hasta llegar a la Calle Real que conduce de esta ciudad para San Juan, desde la misma quebrada hasta el lugar donde toma la denominación del Barrial. Por el este y colindando con la Parroquia de San Vicente, siguiendo una línea recta hacia el norte hasta la Esquina llamada Nicolás Matamoros, en la Calle Real de San Juan a San Vicente continuando por la calle llamada la “Entrada de los Castro” hasta llegar al punto designado al principio en el mismo río con el nombre de Paso de los Castro (Archivo Histórico Arquidiocesano, 1865, Folio: 242-243).
En el transcurrir de su vida parroquial, hubo un hecho que puso a prueba la solidaridad, la voluntad y la fraternidad de los sanjuaneños, así como la colaboración y generosa amistad de los pueblos vecinos (Campos Ramírez, 2014, p. 135). El día 26 de setiembre de 1897, en la madrugada de ese día, le fue comunicado al Párroco Víctor de Greve la noticia de existencia de mucho fuego en el templo parroquial, inevitablemente el edificio estaba en llamas. A partir de ese momento los vecinos acudieron y empezaron a apagar el fuego y tratar de salvar muebles, utensilios del culto y los campanarios. Según testigos cuando cayó el techo apagó el incendio, las pérdidas fueron lamentables: el Altar Mayor, el órgano, los reclinatorios, alrededor de 50, 24 imágenes y la pila bautismal (Parroquia San Juan Bautista de Tibas, 1865 – 1990, p. 19). No se conoce la posible causa del incendio. Después de ese evento los vecinos se organizaron y con la ayuda de otros pueblos aledaños pudieron levantar de nuevo el templo parroquial.
La elaboración del diseño constructivo del Templo Parroquial de San Juan Bautista en Tibás, estuvo a cargo del arquitecto Augusto Fla Chebba, autor de obras de relevancia del patrimonio cultural del país, a principios del siglo XX.
El Templo Parroquial de San Juan Bautista en Tibás, fue construida siguiendo un diseño estilístico academicista, con materiales como metal, ladrillo y mosaicos en total correspondencia con el desarrollo social, económico y tecnológico de esa época histórica, todo lo cual está en desuso en la actualidad.
El Templo Parroquial de San Juan Bautista en Tibás, conserva un altísimo grado de autenticidad, pues se han preservado casi intactos el diseño, el estilo, el sistema y materiales constructivos originales.
Este inmueble posee un alto valor histórico, simbólico y artístico, porque durante casi un siglo de existencia ha sido el centro de vivencia espiritual de generaciones de tibaseños, y específicamente de sanjuaneños.
Además, tiene gran significado cultural para los tibaseños y costarricenses, pues los valores culturales le son inherentes y evidentes, la hacen un elemento determinante y el más antiguo de la cultura tibaseña.
Declarado Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Costa Rica, bajo decreto N° 32749-C, Reglamento a dicha Ley y el Decreto Ejecutivo N° 33596-C.
Referencias:
Archivo Eclesiastico de la Parroquia San Juan, Tibas.
Centro de Conservación Patrimonial Cultural.