El tradicional Día de la Raza quedó en el baúl de los recuerdos y cedió su lugar al Día de las Culturas, fecha que conmemora la diversidad étnica de nuestro país.
Historia
La existencia del Continente Américano fue ignorada (por los europeos) por muchísimo tiempo. Pero una expedición emprendida por Cristóbal Colón permitió su “descubrimiento”, conquista y colonización por parte de los europeos. El hallazgo se produjo el 12 de octubre de 1492. Sin embargo, Colón supuso que había llegado a costas de Asia, en la India de aquellos tiempos. Por eso los habitantes nativos de este continente habitantes fueron llamados “indios”. Conforme los exploradores se adentraron por sus costas, ríos, tierras, comprendieron que en realidad se trataba de un Nuevo Mundo.
Día de la “Raza”
Por años, cada 12 de octubre se festejó el día en que Colón descubrió América, pues se entendía que ese hecho había contribuído a la grandeza y gloria españolas. Además, 1492 es una fecha importante para los españoles porque ese año expulsaron a los árabes de sus tierras. Ese hecho puso fin al yugo de la dominación árabe, cuya presencia en España duró ocho siglos.
Día de las Culturas
La llegada de los españoles al Nuevo Mundo cambió de sentido 502 años después. Esto ocurrió en 1994, fecha en la que se promulgó la ley del Día de las Culturas. De esa forma, el tradicional Día de la Raza quedó obsoleto y dio paso a un nuevo significado. El mismo se fundamenta en la tolerancia, reconoce la diversidad étnica prevalenciente en América y no niega la herencia de España, el legado de los indígenas y el aporte africano, entre otros.
Diversas culturas y etnias
Cuando se aprobó el Día de las Culturas se aclaró definitivamente que las raíces de Costa Rica, al igual que las del resto de los países latinoamericanos, proceden de tres troncos que interactúan desde 1492. Son el español, el indígena y el africano-caribeño que nos convertía, aunque algunos lo ignoraban, en una nación pluricultural y multiétnica. El establecimiento de esta celebración también sirvió para reconocer que, desde mediados del siglo anterior, nuestro país se ha beneficiado con la inmigración europea, centroamericana, asiática, hebrea y árabe, entre otras.