La estación del ferrocarril fue el vestíbulo principal de la ciudad de Orotina durante casi un siglo, constituyéndose en un ámbito vivencial de primer orden que caracterizó y dio colorido a ese lugar y cuya memoria cultural hoy se desea preservar para las actuales y futuras generaciones.
“Desde temprana hora inundan la estación las vivanderas: Traen grandes palanganas llenas de tortillas con huevos duros, pedazos de pollo, papa, chorizo, carne molida. Se suman a ellas chiquillos con canastas llenas de frutas…”
La Estación de Orotina fue un lugar rico en contenidos históricos, vivencias cotidianas que generaron un trasfondo más allá de la simple utilidad del espacio, sitio donde tuvieron lugar acciones significativas para la comunidad.
Su naturaleza de “lugar” funcionó en un contexto más amplio y complejo, jugando un papel conformador de rasgos particulares en la vida de la comunidad.
Edificio de la boletería y vivienda del Administrador:
El conjunto arquitectónico que compone la denominada “Estación del ferrocarril lo constituyen: el edificio de la botería, el salón de pasajeros, la bodega y la casa de máquinas.
Boletería:

El inmueble de la boletería fue construido en concreto armado, utilizando un lenguaje formal que mezcla influencias varias: La planta arquitectónica posee influencia racionalista, en la cual se utilizó el principio espacial de la planta libre. El volumen cuadrangular del cuerpo central es rematado en dos de sus lados por volumetrías semicirculares las cuales funcionalmente correspondieron a la ubicación de salas de espera. Esas volumetrías semicirculares denotan formalmente influencia victoriana en el sentido de haber sido espacialmente trabajadas como “Bay Window” así como por los detalles ornamentales de las guarniciones de la ventanearía. Aleros prolongados con cubierta de hierro galvanizado, denotan el ajuste de ese lenguaje a las solicitudes de clima local.
Edificio del Andén de pasajeros:


Está constituido por una losa de concreto armado de 25.15 metros de largo por 7.70 metros de ancho, donde se ubican dos áreas de bancas, construidas también en concreto armado y un volumen central que en planos se dibujó como local para comercio con dos servicios sanitarios.
Casa de Máquinas:

La casa de máquinas fue el centro de operaciones cuando funcionó el Ferrocarril al Pacífico. Es un volumen cuadrangular construido en concreto armado cuya expresión formal acusa influencia de la herencia colonial española excepto en el monitor circular de influencia victoriana que remata y caracteriza ese inmueble.
Amplios aleros con cubierta de hierro galvanizado acusan el ajuste de esos lenguajes al clima local, caluroso pero húmedo en la época lluviosa.
El ferrocarril fue un elemento determinante en la configuración de la identidad de la ciudad de Orotina, presente hoy en día en la memoria colectiva de su comunidad. Configuró un paisaje e imágenes que consolidaron y caracterizaron el espacio urbano y rural de la zona.
Referencias:
Centro de Conservación Patrimonio Cultural.