Por Dr. Carlos Meléndez Ch.
Es una realidad demasiado evidente, la de que dentro del ámbito centroamericano y aun latinoamericano, Costa Rica presenta numerosos rasgos diferenciadores, que en modo alguno pueden ser el resultado del azar.
Aun cuando Colón descubrió su costa oriental el año de 1502, el proceso de su verdadera colonización no empieza sino en 1561. Esta tardía conquista hubo de hacerse bajo leyes más estrictas en cuanto a la protección de los naturales, de por sí numéricamente pocos. Los españoles prefirieron el Valle Central, una verdadera isla de montaña, de tierras de clima templado, bastante fértiles por su origen volcánico, con fácil acceso hacia las costas del Caribe y del Pacífico. De un grupo menor de cien· colonizadores, fue conformándose una sociedad sumida en la pobreza. Cabe decir, que pese al nombre de Costa Rica, esta tierra fue de las más pobres durante la colonia y su economía descansó en la agricultura de subsistencia, la ganadería, el cultivo del cacao en el Caribe y más tarde, en la segunda mitad del siglo XVIII en el tabaco en la región de San José, la actual capital del país.
El aislamiento, la pobreza y el individualismo montañés, conformaron la sicología del que llegaría a ser el costarricense de hoy. Siempre hubo disponibilidad de tierras, de modo que todos los campesinos coloniales fueron propietarios y no se dieron aquí las tensiones por su posesión. Metidos en la región central, prácticamente les rodeaban territorios útiles para futuras expansiones y por lo mismo, aun en el siglo XIX no se dieron tensiones fronterizas.
La independencia acordada en Guatemala el 15 de setiembre de 1821, se consiguió en forma incruenta y su noticia llenó un mes más tarde de sorpresa a los cincuenta mil habitantes de la región central. En vísperas de la Independencia se descubren algunas minas de oro que se empiezan a explotar y el café comienza a cultivarse en la zona central, para dar inicio a un ciclo cafetalero, que persiste hasta hoy. Se dan pequeñas crisis políticas que logran ser controladas, sobre todo por el fortalecimiento del estado realizado por Braulio Carrillo en forma simultánea con el auge cafetalero. La riqueza generada por el café se vuelca hacia el desarrollo vial, hacia la educación y la apertura de nuevas zonas de colonización. Los regímenes liberales de la segunda mitad del siglo XIX fomentan la construcción de los ferrocarriles, la explotación bananera en el Caribe y una sólida reforma educacional promovida por don Mauro Fernández.
El militarismo perdió su razón de ser en la Costa Rica del siglo XX, hasta que por la Constitución de 1949 se proscribió el ejército como institución permanente. El país ha tenido una fuerte corriente para la alternabilidad en el poder, con pocas excepciones, Y tiene hoy asegurada la voluntad popular a través del sufragio, por medio de un Tribunal de Elecciones enteramente autónomo. El índice de alfabetismo es de los más altos del continente, alrededor del 88%. La clase media constituye un sector muy fuerte de la sociedad nacional y en todo poblado el edificio principal es el de la escuela o iglesia. La agricultura sigue siendo la actividad principal del costarricense y por lo mismo alrededor del 60% de la población total es rural. El área metropolitana de San José concentra el 20% de la población total del país numéricamente es mayor de los 400.000 habitantes .
