Poseedora de cuadrante desde antes de la Independencia, esta villa pudo organizarse espacialmente de acuerdo con los patrones hispanos predominantes. Según estos, junto a la iglesia y el cabildo las familias principales ocupaban los solares adyacentes a la plaza central y, como lo exigía un comunicado de don Braulio Carrillo en 1841, «las casas que se construyan al frente de las plazas principales se harán con corredores a la plaza, sin perjuicio del alineamiento correspondiente».
Y ese precisamente es el caso de la Casa Chaves, el ejemplo más logrado y mejor conservado de la casa de adobe que tanto caracterizó a este pueblo mestizo durante años, y donde aún sobreviven muchas otras viviendas de ese tipo, aunque más modestas.
Ubicada en la esquina sur este de la plaza y ocupando un solar colonial completo o un cuarto de manzana, mediante un pretil construido de calicanto la señorial casa salva el fuerte desnivel causado por lo empinado del cuadrante. Ese pretil le sirve de base a su corredor en L, lo mismo que a la casa con sus dinteles, horcones y barandas, y a la estructura de techo de madera rematado por el tejado. La casa está pintada siempre de azul y blanco. Luce un balcón andaluz, que mira hacia la iglesia y se prolonga hacia el este en una clásica tapia entejada.
Referencias:
- C.R. Guía de Arquitectura y Paisaje
- Fotografías: Internet