Turrialba es el cantón número 5 de la provincia de Cartago. Costa Rica. Fue creado el 14 de agosto de 1903, durante la administración del presidente de la República Lic. Ascensión Esquivel Ibarra, producto de la gestión política de don Jenaro Bonilla Aguilar.


Es uno de los cantones más extensos del país, con un área aproximada de 1.657 kilómetros cuadrados, lo que equivale a alrededor del 52% de la superficie total de la provincia de Cartago.

Su altitud promedio es de 1000 metros sobre el nivel del mar, y en su territorio se hallan dos de los picos más altos del país, a saber: el Volcán Turrialba (3.340 m.s.n.m.) y el Cerro Chirripó (3.820 m.s.n.m.).
Turrialba limita al norte con los cantones de Pococí, Guácimo, Siquirres y Matina. Al este con los de Limón y Talamanca. Al oeste con los de Jiménez, Alvarado, Oreamuno y Paraíso. Finalmente, al sur con el de Pérez Zeledón.

La ciudad de Turrialba es la cabecera cantonal; está a una altitud de 646 m.s.n.m., en el valle que conforma el río del mismo nombre y se encuentra a 64 kilómetros de San José, la capital costarricense.


Conocido como Puente Blanco o Puente de las Monjas (Fotografía de Maritza Cartín).
Etimología:
El origen del nombre Turrialba es muy discutido, algunas versiones señalan que éste proviene del aragonés: Torrealba o del latín “Turris alba” y que se usó para denominar al volcán; sin embargo, la versión más aceptada es la que asegura que Turrialba es un nombre de raíz indígena aunque se especula cual fue la palabra original, entre ellas se proponen Turrarva, Turiarva o Toriavac. Durante las primeras incursiones de los españoles a territorio costarricense se mencionan los poblados de “Turrialva la Grande y Turrialva la Chica”. Lo único seguro hasta el momento, es que de estos escritos de los españoles es de donde nace el actual nombre del cantón.


Conocido como Puente Negro sobre el Río Turrialba. (Fotografías de Maritza Cartín).
Historia
Periodo precolombino:
El territorio que ocupa la actual Turrialba, ha sido habitado desde hace milenios por grupos indígenas. Estudios arqueológicos han revelado la existencia de vida humana desde el 9000 a.C. y el Museo Nacional de Costa Rica tiene registrados 289 sitios arqueológicos en el cantón.
Con respecto al Periodo de Cazadores-Recolectores, hay en Turrialba tres Complejos Arqueológicos de vital importancia ya que de éstos es de donde se ha obtenido la mayor parte del registro arqueológico para este periodo, estos son: Florencia, Atirro y Guardiria; este úlimo se haya frente a las compuertas de la represa hidroeléctrica Angostura. Guardiria es especialmente importante porque es el único sitio en Costa Rica donde se hallan restos de megafauna y actividad humana para la misma época. En éste se encontraron animales como el mastodonte y el perezoso gigante; además, de puntas de proyectil de los tipos “cola de pez” y Clovis, asimismo diversos artefactos en lítica (jaspe principalmente) como martillos, raspadores, cuchillos entre otros. La hipótesis más aceptada entre los arqueólogos señala, que la ocupación del sitio Guardiria se debió a la formación de lagunas y ciénagas en la confluencia del río Reventazón con el Tuis, allí los cazadores-recolectores aprovechaban la venida de los animales a beber agua para cazar.

Turrialba cuenta con una densidad de sitios arqueológicos muy alta y de estos hay para todos los periodos arqueológicos; sin embargo, existe uno de relevancia por demás conocida entre los costarricenses.

El Sitio Guayabo, ubicado en las laderas del Volcán Turrialba, es el único que ha sido declarado por el gobierno como Monumento Nacional y recientemente se le ha dado la calificación de Patrimonio Mundial de la Ingeniería por la Asociación Americana de Ingenieros Civiles. Guayabo fue construido cerca del año 900 d.C. y se cree que formó parte de un centro ceremonial y posiblemente la cabecera de algún cacicazgo. Este sitio fue durante principios de siglo la Hacienda Guayabo, propiedad de la Familia Troyo y en él, el señor Carlos Aguilar, primer arqueólogo costarricense, hizo varios trabajos de investigación y recopiló varios artefactos dentro de los que destacan estatuas de piedra, lápidas y variedad de vasijas, así como objetos en oro y jade. La zona del actual monumento nacional fue reconstruida para poder ser exhibida y se forma por montículos, plazas, zonas funerarias, petroglifos, un acueducto aún en funcionamiento y salen del sitio al menos tres calzadas, una de ellas, la denominada: Caragra es casi perfectamente lisa y al parecer se enrumba hacia la actual ciudad de Turrialba. Guayabo fue desocupado alrededor del año 1300 d.C. por razones aún desconocidas. Se desconoce además la extensión del sitio arqueológico ya que la mayoría del territorio del Parque Nacional está cubierto por bosque. Se han hallado otros sitios con características similares a Guayabo en todo el cantón turrialbeño; sin embargo, no están en buenas condiciones para ser reconstruidas o estudiadas a profundidad.

Periodo colonial:
A la llegada de los españoles a territorio turrialbeño, existía en éste varios cacicazgos como el de Cuquerrique, Turriarva, Toyotique y Atirro.
La colonización de Turrialba no se dio por el Caribe como sería lógico, sino más bien desde la meseta central costarricense.
En 1540 el Rey Felipe II, concedió permiso a Diego de Gutiérrez (aún siendo una persona de edad avanzada y enfermo de gota) iniciar por vez primera la conquista de la Provincia de Nueva Cartago, es así como en noviembre de 1543, el Gobernador Diego de Gutiérrez al mando de 80 españoles partió de Granada, Nicaragua, tomó la ruta conocida como la “Vía del Tránsito” y llega a la desembocadura del río Suerre (hoy Pacuare) donde seis millas río arriba funda la Villa de Santiago. En este sitio los Caciques Kamakiri y Cocorí lo visitan. La lluvia y la carencia de alimentos imposibilitan la empresa conquistadora con lo que muchos españoles desertan y quedan solo el Gobernador, su sobrino, un marino y cuatro criados. Frustrado el Gobernador por el fracaso, manda a su sobrino a Nicaragua por refuerzos, éste los consigue y dentro del grupo vino el milanés Jerónimo Benzoni quien dejó registro de todo. El 4 de octubre de 1544 logra abastecerse y ese día la fragata del gobernador es seguida por cuatro canoas de indígenas quienes llegan unas 30 millas adentro; exactamente donde antaño se unía el río Reventazón con el Pacuare. Llegados a ese punto el Gobernador funda un poblado con el nombre de San Francisco (actual Manila) y justo allí Diego de Gutiérrez traiciona a Kamakiri y Cocorí y les puso una soga al cuello exigiéndoles oro, Kamakiri logra escapar no así Cocorí quien muere en el lugar. Después de 11 días los indios inteligentemente los dirigen probablemente al actual poblado de La Suiza, para en la mañana del 12 de diciembre de 1544 llegar al valle de Teotique en pleno dominio del cacique Tayutic donde en una batalla la mayoría de los españoles perecieron. El Gobernador fue el primero en morir y según Benzoni, momentos antes de ser asesinado gritaba: “¡Toma oro cristiano, toma oro!” Para 1569 los conquistadores reportaron 2100 nativos, aunque no fue sino hacia 1575 la primera ocasión en que el gobernador Perafán de Rivera logró la primera reducción de indígenas. A partir de este momento la población aborigen sufrió una considerable disminución debida principalmente a las enfermedades traídas por los españoles (sarampión y viruela por ejemplo) al punto que en 1680 se calcula la población en 33 indígenas. Turrialba comenzó a cobrar importancia hacia el final del periodo colonial cuando la posesión de tierras representaba prestigio social más que económico, así pues, la región de Turrialba era propiedad de españoles peninsulares o criollos de clase alta. Cerca del 1600 existían tres caminos importantes que atravesaban el cantón, a saber: Camino Real, Camino de Misioneros y Camino de Tierra adentro. El primero de ellos era el utilizado para comunicar a la Alcaldía Mayor de Nicoya con la ciudad de Esparza, éste continúa hasta Cartago y de allí al mar Caribe, este camino cruzaba Turrialba por el sector oeste del río Reventazón; el segundo salía de Cartago atravesaba la Cordillera de Talamanca y se dirigía a Panamá y el tercero servía también para comunicar al centro del país con el Caribe con la diferencia que a su paso por Turrialba, cruzaba al cantón por el margen este del río Reventazón. En el año de 1665 ocurrió un hecho particularmente importante en la historia de este cantón. El Gobernador de Jamaica tuvo intenciones de apoderarse de territorio costarricense con el fin de que el Imperio Británico tuviera comunicación directa con el Océano Pacífico; se encomendó esta tarea a los piratas Manspheld y Morgan quienes partieron de Jamaica el 16 de marzo de 1665 con 800 marineros, el desembarco en playas de Costa Rica fue el día 8 de abril de ese mismo año en el lugar conocido como Portete. Llegados los piratas a Matina, aprisionaron a 35 personas y de este grupo, logra escapar el indígena Esteban Yapirí quien era nativo del pueblo de Teotique (actual Tayutic). Yapirí corrió hasta su pueblo para narrar al Cura Fray Juan de Luna lo acontecido, este último envió un informe a Cartago que llegó el día 14 de abril. Al día siguiente Don Juan López de la Flor (Gobernador y Capitán General de la Provincia de Costa Rica) ordenó a los Capitanes de Infantería: Don José de Guevara y Don José de Bolívar trasladarse hasta la trinchera de Quebrada Honda y al Capitán de Caballería: Don José de Alvarado apostarse en Santiago de Paraíso. Ese mismo día se dio aviso al Gobernador de que los piratas habían llegado a Turrialba, por tal motivo Don Juan López de la Flor hizo un reclutamiento de urgencia en la Ciudad de Cartago y consiguió agrupar a 300 ciudadanos; así pues, salió de prisa a encontrarse con el resto de las tropas. En total 600 personas formaron la defensa de la provincia. El armamento de estos consistía en unos pocos arcabuces, mosquetes y flechas y lanzas indígenas. El día 16 el Gobernador inspeccionó las fortificaciones y las trincheras y dejó a los alféreces: Cristóbal Guerrero y Bernabé de Segura, al mando de 30 soldados y les ordenó fortificar un paso estrecho y estar atentos para cerrar el camino con intención de cortar la retirada de los piratas. Manspheld y Morgan, continuaban en Turrialba el día 15, día en que tuvieron noticias del lugar y la cantidad de personas dispuestas a la defensa, por tal motivo decidieron regresar a Portete y retirarse no sin antes quemar los cultivos, matar las reces, incendiar la iglesia, las casas y chozas y asesinar a los aldeanos. La defensa costarricense adjudicó la victoria a un milagro de la Virgen de Ujarrás (patrona de la provincia entonces) y regresaron a Cartago en solemne procesión llevando una imagen de la virgen. Para setiembre de 1734, el gobernador don Francisco Antonio de Carrandi visitó Matina, ese viaje lo realizó por el Camino Real y constató que los ranchos de Turrialba habían sido abandonados; además, dicho camino estaba en tal mal estado que ordenó que se utilizara el Camino de Tierra adentro para viajar al Caribe, con lo cual ya no hubo paso por donde se ubica la actual ciudad de Turrialba. En 1777 parece que ocurre un abandono total del cantón ya que en ese año desaparece de los censos de población indígena de la provincia.

Periodo de 1821 a 1847:
Para este periodo (que corresponde con la formación de la recién República de Costa Rica) el gobierno de Costa Rica promulgó una ley de colonización agrícola con el fin de que se crearan poblaciones fuera del valle central costarricense; sin embargo, esto tuvo un efecto mínimo en Turrialba que ya para entonces estaba repartida en haciendas aunque con una actividad económica y social imperceptible.
En 1842, Francisco Morazán llega al poder en Costa Rica y con él se firma el 30 de agosto de ese año la ley número 89 con la cual se declara al valle de Turrialba como una zona de confinamiento para personas acusadas de delitos comunes (entiéndase: elaboración de aguardiente clandestino, riñas sin consecuencias graves, o sospechas y varios delitos pequeños). Las personas condenadas optaban por hacer su vida en el cantón, con lo cual el territorio comenzó a poblarse paulatinamente. Esta ley continuó ejecutándose hasta las primeras décadas del siglo XIX. Para 1843 se ratifica la ley N0 12 del 14 de setiembre de 1841, en la cual se crea la población de Guadalupe de Turrialba. Esta ley parte de una política del gobierno de don Braulio Carrillo en la cual se incluye al valle de Turrialba entre las tierras a colonizar. Al nuevo poblado se le dio el nombre de Guadalupe por haber encomendado su patronato a la virgen homónima. El pueblo se ubicó en “Patio del Águila”, ubicado por el camino a la actual Colorado. Esta población se considera el primer asentamiento de la ciudad de Turrialba contemporánea. Las familias que deseaban trasladarse al sitio contaban con varias ventajas entre las que se enumeran: plaza pública, ermita, casa cural y cárcel, todo esto para el poblado y para las familias un solar de dos manzanas para cada una, una legua destinada a pastos y otra a labores agrícolas. Los capitanes Pedro Iglesias y Diego Sáenz fueron los encargados de reconocer los terrenos, construir los edificios, distribuir los terrenos y alinear las calles. Para completar estas obras se dispuso de los privados de libertad, los cuales atados con cadenas eran obligados a purgar sus condenas. El éxito de la empresa colonizadora no fue el esperado; aun así, se consiguió agrupar a los diseminados habitantes y en 1844 la aldea ya cuenta con 200 personas, con lo cual don Francisco María Oreamuno dicta la elección de una municipalidad y alcalde para el pueblo, elección que no se realizó.




Parroquía San Buenaventura, Turrialba Centro. (Fotografías de Maritza Cartín).
Periodo de 1848 a 1902:
Durante estos 54 años se desarrollan los antecedentes más importantes que propician la creación de Turrialba como cantón. El 7 de diciembre de 1848 se constituye Paraíso como municipio segundo de la Provincia de Cartago, en la ley constitutiva del mismo se incluye a Turrialba como parte de éste. Hasta 1886 la actividad económica y social de Turrialba giraba en torno a reclamaciones y compras de tierras, y agricultura de subsistencia; ya que en agosto de este año es cuando se inicia en el valle de Turrialba la construcción de la vía férrea que uniría a los dos puertos más importantes de Costa Rica, Puerto Limón en el Atlántico y Puntarenas en el Pacífico. Fue en 1890 cuando se completaron las obras en suelo turrialbeño. El ferrocarril tenía en una zona conocida como “del Guayabal” su estación para el valle, y es alrededor de ésta donde se ubicó definitivamente la ciudad. Los pobladores de Guadalupe y lugares aledaños bajaron y se establecieron en ambos lados de la línea del ferrocarril. La población del nuevo poblado para entonces, se componía de varias etnias: negros jamaiquinos, italianos y chinos, que llegaron a construir el ferrocarril, los condenados por delitos y los “cartagos”: hacendados del valle central que llegaron en busca de nuevas oportunidades. Gracias al paso del tren, las tierras turrialbeñas aumentaron de valor y la actividad agrícola se incrementa considerablemente, y así el valle se integra a la vida económica de Costa Rica.
Estación del Ferrocarril:






Fotografías de Maritza Cartín (9-11-2019)

El Cantonato:
Es a don Jenaro Bonilla Aguilar a quien se le considera “Patriarca del Cantón”, debido a su gestión política. Don Jenaro Bonilla fue en varias oportunidades diputado por Cartago en el Congreso Constitucional (1890-1892, 1892-1894, 1902-1904, 1912-1914, 1914-1916) y fue en su periodo como congresista de 1902-1904 donde logró convencer al resto de los diputados sobre las ventajas de declarar a Turrialba cantón. Esto lo consiguió a pesar de una dura oposición, sobre todo de la oligarquía cartaginesa quienes no solamente daban su lucha en el Congreso sino también en la prensa. Don Jenaro Bonilla contó públicamente con el apoyo de don Juan Gómez Álvarez (quien escribió varios artículos para la prensa nacional) y de don Ricardo Jiménez Oreamuno (diputado en ese mismo periodo y posterior presidente de la República en tres ocasiones). Es bajo este contexto, como el Congreso Constitucional aprueba el decreto N0 84, en éste se declara la creación de los cantones de Turrialba y Jiménez, parte de la provincia de Cartago. El 25 de agosto de ese año el entonces presidente, Lic. Ascensión Esquivel Ibarra firma el decreto y así Turrialba nace como municipio quinto de la Provincia de Cartago. La municipalidad se instaló el 15 de setiembre del mismo año y fue formada por las siguientes personas: José Ramón García (alcalde), Jaime Carranza Aguilar (presidente municipal), Alfredo Alfaro Brenes (vicepresidente), José Navarro (secretario) y Juan Gómez Álvarez (tesorero adhoc.). En 1904 se completaron los puestos con: Macario Quesada (munícipe propietario), Rafael Fuentes y José Joaquín Jiménez (ambos suplentes), David Núñez (síndico por Turrialba, San Juan y Colorado), Juan Rafael Jiménez (síndico por Tuis, Moravia y Chirripó) y Fernando Castro (síndico por Peralta, Pavones y Pacuare). Los terrenos donde se ubica la actual ciudad eran propiedad del Lic. Manuel Vicente Jiménez quien poco a poco a vendiendo a la municipalidad estos terrenos para formar los cuadrantes de la ciudad.
Casa antigua Familia Jiménez (1901) Iglesia Centroamericana fundada en 1950.
Algunas edificaciones antiguas del centro de Turrialba. (Fotografías Maritza Cartín).
Periodo de 1905 a la actualidad
Con el terremoto de 1910 en la ciudad de Cartago, muchos cartagineses emigran a Turrialba quien ya para entonces contaba con cierto avance urbanístico; aunque cinco cuadrantes estaban despoblados. En 1915 se reportan veinte negocios debidamente establecidos en la villa. A partir de este año se produce un incremento significativo en las actividades productivas agrícolas, la caña de azúcar y el café, se convierten en el motor económico del cantón. En 1920 se anexa a Turrialba el distrito de Santa Cruz que era parte del cantón de Alvarado.

Ya para 1925 el entonces presidente Lic. Ricardo Jiménez le concede a Turrialba la categoría de ciudad. Durante la década de los treintas, la crisis mundial tuvo en Turrialba un impacto considerable, dado que los campesinos no pudieron cancelar sus deudas con los bancos y así el cantón estuvo de 1934 a 1936 en primer lugar a nivel nacional en remate de fincas embargadas.
En 1943 se coloca la primera piedra de lo que será el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura), luego en 1973 pasa a llamarse Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE). Esta institución cumple un papel imprescindible en el cantón de Turrialba, ya que al momento de su fundación fue el único ente en toda América Latina especializado en estudios agrícolas.

En marzo de 1949 se crea el distrito de La Suiza, segundo del municipio, su cabecera homónima ha sido desde entonces la villa más poblada del cantón solo superada por la ciudad de Turrialba.
A partir de 1950 se intensificaron las obras públicas como el asfaltado, el alcantarillado y la construcción de puentes. Estos esfuerzos se unieron a las políticas nacionales de industrialización lo que conllevó a que en el municipio se diversificara la actividad económica y surgen junto a la siembra de cultivos diversos, la agroindustria, y la actividad minera.

En la década de 1960, se produce una proliferación de cooperativas agrícolas dedicadas al comercio del café, principalmente en la villa de La Suiza las cooperativas jugaron un papel preponderante en el desarrollo de ésta, ya que en torno a la entidad conocida como COOPESUIZA R.L. se intensificó el comercio, y atrajo más pobladores a la villa lo que promovió la apertura del seguro social, la educación secundaria y los sistemas de acueductos y alcantarillados en La Suiza. Con el venir de los años setentas y ochentas se profundizan en el cantón la diversificación agrícola y debido al aumento de la población se debió recurrir a las maquilas como forma de empleo; sin embargo muchas de ellas fracasaron.
En 1987 llega la compañía Figgie de Costa Rica, la cual produce bolas para jugar béisbol, y 1995 esta empresa es comprada por la Corporación Rawlings Sporting Goods, esta empresa aún opera.
En la década de los noventas, empieza en el cantón un decaimiento económico que se extiende hasta los inicios del cambio de milenio. Este revés es producto de la apertura de la ruta 32 San José-Guápiles, y después se cierra el ferrocarril en 1995 con lo cual ya no es necesario pasar por Turrialba para ir al Caribe.
En abril del 2000 se inaugura el proyecto hidroeléctrico Angostura, el cual es el mayor de Costa Rica, su capacidad de producir energía es de 177 megawatts. La importancia de este proyecto es variada, entre la más destacada se cuenta la gran cantidad de empleos directos que ofreció y a la inmensa cantidad de información científica que se obtuvo ya que antes de construirse se realizaron estudios arqueológicos y geológicos.

Recientemente hizo su apertura una filial de la empresa Firestone que vino a suplir en parte el problema del desempleo, que se ha visto agravada con el cierre continuo aunque lento, de las centrales azucareras y la quiebra de las cooperativas caficultoras.
Hasta el 2010, la actividad económica del cantón era principalmente la agrícola; no obstante, es cada vez más común en el cantón el desarrollo de actividades turísticas y empresas de servicios. En la ciudad han proliferado centros comerciales y zonas residenciales que han aumentado considerablemente la población urbana.
Galería de fotografías del Parque Central de Turrialba cuyo nombre es Parque Quesada. (Fotografías de Maritza Cartín, 9 de noviembre, 2019).












Referencias:
-Municipalidad de Turrialba.
-Visita personal y fotografías por Maritza Cartín (9 de noviembre, 2019)