Antigua Asamblea Legistlativa, San José, 1851-1900.

Fotografía de Maritza Cartín.

La creación del edificio de la Asamblea Legislativa surge en el año 1939, bajo la administración de León Cortés Castro, 1936-1940.

El período de la administración de Cortés es señalado por una impresionante obra material que sus adversarios políticos denominaron la “administración del cemento y la varilla”. La obra pública se desplegó en todos los campos.

Uno de los edificios nacionales de mayor realce que se comienzan a proyectar a finales de los años treinta, es el Palacio Presidencial, actual sede de la Asamblea Legislativa, en el terreno ubicado al este de la ciudad, en el cuadrante entre las avenidas central y primera, calles 15 y 27 de nuestra capital.

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Los Duendes, leyendas de Costa Rica.

Los duendes folclóricos costarricenses se describen como hombrecitos con vestidos y gorros de colores, de treinta centímetros de altura, que parecen niños barbados, y sus huellas tienen la forma de las de un ave, un gallo.​ Traviesos y juguetones, una leyenda indígena dice que en la primera batalla entre Dios y el Diablo, los duendes no siguieron a Dios ni apoyaron al Diablo. Esa apatía da origen a su condición de seres neutros, ni buenos ni malos.​ Las leyendas narran que los duendes secuestran a los niños tentándolos con juguetes y confites (dulces), para jugar con ellos y devolverlos, o para hacerles maldades (pellizcos, coscorrones). Pero, siempre según el folclore, cuando nace el hijo o hija de una familia bienamada por ellos, se encariñan con el infante por su inocencia, pasando a ser una especie de segundo ángel de la guarda.​ Poseen poderes mágicos y pueden hechizar a las personas o embrujar las casas. Muchas veces usan sus poderes para gastar bromas pesadas, como hacer que los viajeros apurados se extravíen o,​ en un relato, llenar a una mujer de vello.

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