Ubicado en Calle 4, Avenida 3 y 5, San José.
Hace 80 años (1938), León Rubinstein y su esposa Lola llegaron a Costa Rica con el objetivo de dejar atrás la guerra en Polonia y comenzar a construir su legado: el Almacén La Ópera.
Así inició su historia comercial con una venta de telas que se convirtió en fábrica de pijamas y camisas. Hoy son clave para la industria textil de Costa Rica.
No hay duda alguna. La palabra tiempo resulta tan absoluta y determinante que es imposible no detenerse y pensar en ella. Resulta una tarea titánica si se resume a un número: 80 años.
Para León Rubinstein, un hombre de nacionalidad polaca que tomó la decisión de salir de su país junto a su esposa Lola y sus hijos, para no ser testigo de la guerra, estos números formarían parte de la inseparable herramienta de trabajo de uno de sus hijos, Salomón: una libreta en la que apuntaba todos los detalles de su labor del día a día. Cada una de estas hojas fueron testigos de una historia que comenzó a gestarse desde el momento en el que decidió que las calles de San José, en Costa Rica, lo llevarían a darles un futuro a sus seres queridos y, posteriormente, a cada uno de sus empleados, esos a quienes podría decirse que consideraba su familia escogida.
Los primeros meses de su nueva vida transcurrieron vendiendo, de puerta en puerta, todo lo que sus clientes le solicitaban. Sin embargo, fue en la reventa de telas donde halló la oportunidad de progresar, cuando en 1938 adquirió su primer local, que con los años se convirtió en un edificio de cuatro pisos.
Para Eva Rubinstein, nieta de don León, y quien actualmente es la que lidera este negocio que ha pasado de generación en generación, la clave para mantenerse vigente en esta industria es lograr un equilibrio entre el pasado y lo que son las nuevas tendencias.
Referencias:
Periódico La Nación.
Almacén La Opera, Página de Facebook.