Historia:
La iglesia de Aquiares fue construida a finales de la década de 1920 pero el paso del tiempo dejó en sus paredes algunas huellas que fue necesario borrar. Tras varios años de trabajo y decenas de millones de colones, el vetusto edificio luce hoy maderas coloridas, vitrales limpios y jardines hermosos.
En 1569 el español Perafán de Rivera realizó una repartición de indígenas y creo el grupo de Tirriarva la Grande, donde hoy se encuentra el poblado de Aquiares, que heredó su nombre del indígena Aquíay.
Fue ahí donde en 1925, la compañía Lindo Brothers inscribió una propiedad con el nombre de Aquiares Coffee Company Limited (Compañía Cafetalera Aquiares Limitada).
Sus instalaciones consistían en un beneficio para café, un trapiche, un aserradero, una caballeriza y una lechería.
La construcción de la iglesia fue una iniciativa de la señora Rosalía Vargas Acuña, esposa de don Stanley Lindo. Los materiales fueron importados por el señor Lindo desde Alemania, uno de los destinos finales del café producido en la finca.
Los metales y maderas de la iglesia fueron traídos en barco desde Europa hasta Limón. Del puerto a Turrialba llegaron en tren y los últimos siete kilómetros hasta el pueblito fueron tirados por carretas de bueyes.
Los trabajos iniciaron en 1928. Se levantaron estructuras de madera forradas con lámina troquelada y el interior se forró con tabloncillos de madera decorados con motivos florales.
La obra fue terminada en 1932 y como aún no tenía un santo patrono, el sacerdote José Párraga ofreció un San José traído de tierras germanas. La propuesta fue aceptada y para celebrarlo, se inauguró la iglesia con una gran fiesta el 19 de marzo de ese año.
Obra de Arte:
Mírese por donde se mire, la ermita de Aquiares es una pieza de arte. A ambos costados sobresalen ocho vitrales traídos de Alemania, que aún conservan en una esquina la firma de su autor, el artista Wilh Derix.
El reloj y las campanas que aún replican puntuales cada hora, fueron importados de Italia. De ahí llegó también el altar mayor, a cuyo lado sobresalen la imagen del patrono San José.
El templo que pertenecía a la hacienda fue traspasado al pueblo y ahora forma parte de la Parroquia de Santa Rosa.
Arquitectura:
La iglesia es de estructura de madera con forro metálico externo, asemejando el ladrillo (almohadillado). Internamente las paredes son de madera.
Fachada Principal:
En su fachada se aprecia un pórtico de entrada sustentado por seis columnas de madera formando un amplio corredor.
Presenta una puerta central de doble hoja con arco de medio punto. Además una puerta pequeña de una sola hoja a cada lado de este pórtico pero remetidas; e igualmente de arco de medio punto. Al fondo de la iglesia en lo que es la sacristía hay otra puerta externa pero diferente a las otras, al carecer de arco de medio punto.
Los ventanales son igualmente de arco de medio punto; cinco en cada uno de sus laterales, uno pequeño, tres iguales y el último compuesto y mucho más amplio. En ocho de estos ventanales se observan hermosos vitrales con alegorías bíblicas de gran valor artístico y protegidos con una malla metálica externa.
Con un campanario central por sobre el pórtico de entrada, con reloj central y quince ventanillas de ventilación, de linternilla y de arco de medio punto; ubicadas una (para un total de tres) a mitad de la torre y series de tres (para un total de doce). En la parte superior del campanario.
La cubierta es de zinc, en buen estado y con un diseño de múltiples caídas de agua.
Parte interna:
Todo el interior de la iglesia es de madera de tablilla viscelada. Las paredes y el cielo raso presentan diseños geométricos de plantilla decorativa, en colores crema y rosado.
Los pisos son igualmente hermosos, quizás los mosaicos pertenezcan a la Fábrica de Doña Adela, con diseño geométrico en colores café y crema al centro y los laterales en amarillo, celeste y marrón.
Posee una sola lámpara colgante en el cielo raso.
Referencias:
-Centro de Conservación Patrimonio Cultural, Cartago.
-Randal Corella, Periódico La Nación, Suplemento Proa.