A principios del Siglo XX dos jóvenes misioneros, don Enrique y Doña Susana Beamish de Strachan, ingleses, viajaron de Inglaterra a Argentina para iniciar sus trabajos de predicar el Evangelio a los latinoamericanos.
Enrique y Susana Beamish de Strachan, fundadores del Templo Bíblico.
Chinos se pasearon en declaratoria al meterle pico y pala a primera iglesia no católica en ChepeEduardo Vega. La Teja. 21 mayo 2017
Esta foto es de julio del 2016 cuando le metieron mano al Templo Bíblico sin tener permisos municipales. MAYELA LÓPEZ.
El edificio del Templo Bíblico (ubicado en calle 6, entre avenidas 2 y 4 de San José) cayó en una desgracia tal desde que el pastor Reynaldo Salazar se lo vendió a los chinos, quienes le metieron mano con remodelaciones sin tener permisos, que ya el trámite de declararlo Patrimonio Nacional fue tirado a la basura.
A principios del año pasado todavía iba viento en popa el trámite de Comisión Nacional de Patrimonio, del Ministerio de Cultura, para declarar el Templo Bíblico como Patrimonio Nacional, un edificio que se construyó en 1929 y que por su historia tenía todos los números de la rifa comprados para que se obtuviera el reconocimiento.
La declaratoria de Patrimonio Nacional a cualquier edificio o construcción, público o privada, significa que el ministerio de Cultura designa recursos para su restauración, y la obra debe mantenerse fiel, sin alteraciones, tal como fue su construcción original.
Sin embargo, en junio del año pasado todo cambió. El pastor Reynaldo Salazar vendió el edificio y menos de 22 días después, a principios de julio del 2016, una gran cuadrilla de peones llegó de la noche a la mañana al Templo Bíblico y comenzó a despedazar sus paredes a mazazo limpio.
En ese mismo mes de julio alertamos a las autoridades con una nota que cuestionaba cómo era posible que a un edificio de 1929 le estuvieran tirando abajo sus paredes sin ningún permiso a la vista y cuando ya se escuchaban runrunes de que estaba listo para ser declarado Patrimonio.
El gran referente de la Iglesia Evangélica costarricense, el primer edificio de una iglesia no católica en el Valle Central, cerró sus puertas y comenzó a ver cómo le abrían tremendas ventanas a sus paredes del frente. La intención era remodelarlo para el inicio de funciones en agosto del 2016 como un mercado chino.
A punta de mazazos los peones botaron las paredes y dejaron ventanas que se cubren con cortinas de hierro. EDUARDO VEGA ARGUIJO.
El edificio de 87 años, que se inauguró el 5 de mayo de 1929, pertenecía a la Asociación de Iglesias Bíblicas Costarricenses, fue vendido, extraoficialmente, en $2 millones (unos ¢1.108 millones).
Inmediatamente después de que conocimos el caso de este edificio, consultamos al arquitecto Andrés Fernández quien se fue de espaldas cuando le dijimos a mediados del 2016 que al Templo Bíblico lo estaban haciendo picadillo.
“Me han dejado con el pelo parado y eso que soy pelón. No lo puedo creer… ¿me está vacilando?”, fueron las primeras palabras del arquitecto, quien se ha dedicado a investigar la historia arquitectónica del país y en especial la de San José.
“¿Cómo le dieron valor a ese edificio? Eso me gustaría saberlo porque ese edificio es invaluable, es una pieza de la historia tica que a mi criterio no tiene precio.
“El Templo Bíblico no solo es una exquisita obra arquitectónica sino que también tiene riqueza histórica: fue el primer edificio que albergó una iglesia que no fuese católica en el Valle Central, por eso hablo de que es difícil ponerle un precio”, nos comentó con el corazón hecho un puño.