CUANDO el famoso crac financiero de 1929, que arruinó a muchas gentes, el Doctor Fernando Quirós Madrigal, médico alienista, debido a varias circunstancias, dejó de recibir la mesada que el Gobierno de Costa Rica le remitía a Alemania para que atendiera al pago de su pensión y de sus estudios profesionales. Desesperado, nervioso, el Doctor dispuso invertir los pocos dineros que le quedaban en comprar billetes de lotería. Había que asomarse a la suerte por la única ventana abierta que es la lotería.
Una tarde, en un café, el Doctor Quirós se dio a la tarea de curiosear los billetes que había comprado; deseaba cerciorarse cuáles eran los premios en efectivo y a cuánto montaban. Pero cuál no sería la sorpresa al ver que el primer premio consistía en un hermoso caballo de raza fina y de carrera…
Uno de sus compañeros, estudiante también, al ver la cara de tristeza que puso el médico alienista al terminar de leer el plan del sorteo de la lotería, le pregunta:
—”¿Qué te pasa, Fernando, que estás poniendo una cara tristona?”.
Y el Doctor Quirós Madrigal no tardó en contestar:
—”Nada, hijo. Que si pegamos el “gordo”, o le pedimos una beca al Gobierno de Costa Rica, O TENDREMOS QUE COMERNOS EL CABALLO”
Referencias:
- Anecdotario Nacional. Carlos Fernández Mora.