Migración Italiana a Costa Rica.

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La inmigración italiana en Costa Rica se refiere a uno de los movimientos migratorios más numerosos e importantes que recibió históricamente la República de Costa Rica, pues se encuentra solo por detrás de la española y al mismo nivel de la afroantillana.4​ Los ítalocostarricenses son una de las mayores colectividades de origen europeo en el país, incluso superando a ciertos grupos étnicos de la nación como a los amerindios, y sólo por detrás de los hispanocostarricenses.5​ La comunidad itálica de Costa Rica es la más numerosa de América Central y el Caribe, y —pese a su relativo pequeño tamaño en comparación con otros asentamientos latinoamericanos— es una de las que más peso cultural y demográfico tiene en América.

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Algunos inmigrantes italianos en la Casa Italia de San José, durante la primera mitad del siglo XX.

Durante la segunda mitad del siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX arribaron oleadas de inmigrantes de todas las regiones de Italia. Sin embargo, en los primeros contingentes la mayoría de los italianos procedían de regiones del Septentrión en especial de Lombardía, mientras que de 1900 en adelante, estos inmigrantes provenían primordialmente del sur, en particular de Calabria y Sicilia.6​

El Teatro Nacional en San José fue hecho, durante el clímax inmigratorio, por el ingeniero italiano Cristoforo Molinari en 1897. Tiene una enorme semejanza con La Scala de Milán.

La inmigración itálica en Costa Rica, junto con la de españoles y jamaiquinos, formó parte esencial de la consolidación del Estado actual e identidad cultural del país. Hoy en día, se encuentran diversas conexiones importantes con la cultura italiana en términos idiomáticos, gastronómicos y sociales. Existiendo —además— en la genealogía costarricense multitud de apellidos y linajes italianos.7

Puerto Limón, en la provincia homónima, fue uno de los principales puntos de entrada de inmigrantes al país, no sólo italianos sino de todo el mundo.

Comunidad ítalocostarricense:

El Teatro Nacional en San José fue hecho, durante el clímax inmigratorio, por el ingeniero italiano Cristoforo Molinari en 1897. Tiene una enorme semejanza con La Scala de Milán.

Actualmente, la población de origen italiano es la segunda más importante en Costa Rica (luego de la española), pues supera el medio millón de personas3​2​ y considerando diversos grados de ascendencia y consanguinidad esta cifra podría duplicarse.nota 1​ Siendo la más grande de Centroamérica y una de las que mayor proporción tiene en América. Incluso, en la actualidad la comunidad italiana presente en el país es de las colectividades europeas más importantes, pues roza las 2000 personas y se encuentra solo detrás de los españoles y británicos.1​

La migración tuvo su auge a finales del siglo XIX y se extendió durante casi todo el siglo XX.3​ En 1887, uno de los años con mayor afluencia inmigratoria, los italianos representaron —junto con españoles y jamaiquinos— la mayor colectividad asentada en el país, disminuyendo luego con el aumento porcentual de otras corrientes de inmigrantes.8​ Los efectos de la llegada de los italianos al nuevo país fueron primordiales para el establecimiento de la actual Nación y sociedad costarricense, observándose multitud de conexiones culturales entre ambos pueblos, aún en la actualidad.

Aunque las proyecciones más optimistas cifran que alrededor de 20.000 italianos se asentaron en el país (siendo casi la mitad calabreses),nota 2​ 9​ fue Costa Rica una de las naciones donde tuvieron mayor peso demográfico y social. Estos ingresaron en oleadas de varios cientos o miles desde la década de 1880 hasta la colonización de San Vito, siendo el destino ístmico preferido de la migración transoceánica italiana durante ese periodo y hasta la actualidad, al igual que Estados Unidos en Norteamérica o Brasil y Argentina en Suramérica.

Historia
Debido a su papel tan importante para el país es complejo resumir la historia de la inmigración italiana en Costa Rica. Sin embargo, se considera que inició durante el Imperio español, de manera discontinua, y prácticamente se terminó algunos años después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se concretaron diversos proyectos de colonización en la Zona Sur. De esta manera se distinguen cuatro periodos, de acuerdo con la académica italo-costarricense Rita Bariatti:3

Una emigración individual de la época colonial hasta la segunda mitad del siglo XIX.10

Una corriente de emigración en masa en la década de 1880.
La emigración todavía cuantiosa pero reducida, entre 1889 y 1950.
La colonización de San Vito en Coto Brus, entre 1951 y 1968.

Puerto Limón, en la provincia homónima, fue uno de los principales puntos de entrada de inmigrantes al país, no sólo italianos sino de todo el mundo.

Por su parte, fue San José la ciudad que más inmigrantes recibió, entre ellos los italianos.

Por otro lado, las motivaciones de los italianos para cruzar el Atlántico y radicar en América fueron desde la posibilidad de negocios y mejoras económicas, hasta causas tan disimiles como el éxodo por la guerra, el hambre y la pobreza o la contratación masiva para trabajar en el nuevo continente. Los inmigrantes itálicos que entraron a Costa Rica lo hicieron motivados por una o varias de las causas anteriores.

La inmigración aislada e individual: 1502 – 1880

El genovés Cristoforo Colombo fue el descubridor de Costa Rica en su cuarto viaje hecho en 1502. En las décadas sucesivas lo siguieron unos pocos genoveses.

A la provincia de la capitanía General de Guatemala llamada Costa Rica, llegaron algunos migrantes de los estados italianos, cuya afluencia más bien fue esporádica, en su mayoría procedían de la zona de Génova, tierra de navegantes. Algunos se unieron a los conquistadores y otros a los gobernadores que enviaba la Corona. Unos fueron marinos de profesión, oficio que habían dejado para dedicarse al comercio.En Costa Rica la mayor parte residió en la ciudad de Cartago. No se sabe que hayan llegado mujeres, pero ellos fundaron familias de gran antigüedad en Costa Rica como los Bertora, los Granado, los Valerín y los Volio entre otros. Entre los mas importantes tenemos al doctor Esteban Corti, al presbítero Manuel Antonio Chapuí y a José Santos Lombardo. Carmela Velazquez11

Durante la época colonial del país, la pobre y austral provincia costarricense perteneciente a la Capitanía General de Guatemala no representaba un destino atractivo para inmigrantes de casi ningún país europeo. Mucho menos de Italia, que se encontraba sumida entre enfrentamientos de franceses, españoles y suizos; y dividida en multitud de pequeños estados. Aun así se registraba la entrada de algunas pocas decenas de itálicos a Costa Rica, por lo que durante este periodo el flujo migratorio sería esporádico, es decir: una migración aislada, ocasional y cuantitativamente poco importante y que, sin embargo, por esas mismas propiedades no deja de ser importante como fenómeno social.12​13​

Por otro lado y ya en el siglo XIX; cuando el Congreso de Viena disolvió al Reino de Italia en 1815 y Costa Rica se independizó del Imperio español en 1821, la situación migratoria seguía siendo esporádica, pese a que los nuevos gobiernos del país eran claramente favorables respecto a la inmigración europea. Ya en 1850 el gobierno de Juan Rafael Mora Porras había creado la Junta Protectora de las Colonias; y desde 1821 hasta la década de 1860 fracasaron, por mala planificación, cuatro importantes proyectos de colonización privada de ingleses, franceses y alemanes. A esos inmigrantes no se les había dicho lo principal: que la ubicación de las colonias se encontraba en lugares lejanos y sin caminos de acceso.3

Pero no todos los inmigrantes europeos aspiraban a la colonización. En un estudio del contexto costarricense, entre 1800 y 1850, se ha señalado que el aporte del inmigrante europeo fue significativo para la transformación socio económica del país y que la importancia de ese inmigrante, generalmente mercader individual, fue esencialmente cualitativa.3​

Luego, el comienzo de la construcción del ferrocarril al Atlántico conllevó el empleo de un sinnúmero de brazos, que la siempre reducida población costarricense no podía proporcionar. En 1873 se trajeron al país 653 chinos y el maltrato que recibieron provocó una rebelión en 1874. Para ese año también trabajaban en el tren unos mil negros procedentes de Jamaica.3​ Pero lo que se deseaba era atraer inmigrantes europeos y la construcción de la línea férrea al Caribe sería la causa ideal para conseguirlo.8

La inmigración masiva: 1880 – 1960

Fue en este lapso de casi un siglo que la inmigración italiana se tornó en un fenómeno verdaderamente importante para el país, y perdió su estatus esporádico. Ahora, la migración tendría importancia no sólo cualitativa, sino cuantitativa, y representaría un relevante crisol humano y social para todo aspecto de la nueva República de Costa Rica.

El ferrocarril al Atlántico: 1886 – 1889

El ferrocarril al Atlántico fue construido en parte por inmigrantes italianos, la primera causa de su inmigración masiva al país. La consolidación de la línea férrea dio un impulso sin parangón a la economía costarricense, arriba: obreros italianos durante la construcción final del tramo hacia el Caribe. Abajo: tren de pasajeros finalizado en 1910.


La falta de mano de obra causó que Minor Keith —a quien el gobierno costarricense contrató la construcción del ferrocarril al Atlántico— empleara a casi 2000 hombres italianos, ya que estos eran considerados una fuerza laboral más atractiva de acuerdo a factores económicos y cánones etnocéntricos de la época.9

En el contexto general de la inmigración italiana en Costa Rica, destaca especialmente la corriente migratoria masiva de los años 1887 y 1888, por varias razones de índole cuantitativa y cualitativa. Primeramente, sobresale lo cuantioso de esa inmigración, al llegar a casi millar y medio de individuos. Luego resaltan otros aspectos: que los inmigrantes eran oriundos de una misma provincia del norte de Italia (o bien de lugares muy aledaños a ella), que habían firmado un contrato para trabajar en la construcción del ferrocarril al Atlántico, que protagonizaron la famosa «huelga de los italianos» y que, en fin, sentaron las bases para que se constituyera en el país una comunidad italiana consistente.9​

Inauguración del mausoleo de la Società Italiana di Mutuo Soccorso en el Cementerio General de la República.

El movimiento campesino llamado La Boje, que sacudió a la provincia de Mantua (región de Lombardía) en 1885 fue una de las causas del éxodo desde el norte de Italia. Y es exactamente desde esa provincia que se contrató la mayoría de los emigrantes italianos que vinieron a Costa Rica, entre 1887 y 1888, para trabajar en la finalización del ferrocarril al Atlántico. Fueron dos grandes expediciones de trabajadores: primero, en noviembre de 1887 salió desde Génova el vapor Australia con 756 trabajadores a bordo. Luego, el 23 de marzo de 1888, se firmó en Ostiglia (pequeña ciudad de la provincia de Mantua) un contrato entre un representante del empresario ferrocarrilero Minor C. Keith y un representante de un numeroso grupo de trabajadores; a mediados de abril salía el vapor Elisa Anna con 800 inmigrantes, superando ya el millar y medio de trabajadores itálicos en la línea férrea.9​-14​-15​

Luego, en octubre de 1888, los trabajadores italianos alojados en la zona del Reventazon promovieron una huelga tan masiva como lo había sido su inmigración, y la primera manifestación de este tipo acaecida en el país. El descontento de los trabajadores italianos estalló el día 20 del mismo mes, cuando todos abandonaron sus campamentos y huyeron hacia Cartago. Terminada la construcción del ferrocarril y la «huelga de los italianos», más de la mitad de los migrantes itálicos contratados por Minor Keith deciden radicarse en Costa Rica y se dispersan por todo el país, principalmente en San José y Limón, el resto parte de nuevo a Italia.

La inmigración italiana a finales de los siglo XIX, heredó al país el Teatro Nacional, parte de la vía férrea entre el Atlántico y el Pacífico, la primera huelga laboral que fue organizada por trabajadores italianos y una inconmensurable influencia socio-económica, cultural, arquitectónica e incluso industrial. Finalmente, sería el fin de la inmigración masiva lombarda, y el inicio del asentamiento aún más numeroso de calabreses, ambas corrientes inmigratorias servirán para poder sentar una verdadera, sólida y cuantiosa comunidad ítalocostarricense.9

La época floreciente: 1890 – 1939

Según el censo de 1892 habían cerca de 700 italianos en Costa Rica; sin embargo unos 10.000 habitantes de esta pequeña nación tenían ya entonces raíces italianas, siendo uno de los porcentajes más altos del continente. En esos años fueron fundadas las primeras asociaciones italianas y una de ellas fue la Società Filantropica Italiana, creada para proteger a los italianos pobres.4-​1-6​

En la primera década del siglo XX empezó a ocurrir en Costa Rica (que tenía sólo 300.000 habitantes, de los cuales más de 3.000 eran italianos) una importante emigración desde Calabria, principalmente de la ciudad de Morano Calabro. En esos años Costa Rica se consolidó como la nación favorita de la emigración italiana en la América Central, pues son cerca de 7.000 calabreses los que entrarían a Costa Rica durante los inicios del siglo.

Fue durante esta época que se cohesiona satisfactoriamente la colectividad italiana en el país, cuyo núcleo indiscutible fue —y sigue siendo— la ciudad de San José. Empiezan a fundarse asociaciones civiles de inmigrantes, aparte de la Sociedad Filantrópica Italiana, como: la Asociación Italiana de Socorros Mutuos en 1902, el Club Italiano en 1904 y el Centro Italiano en 1905. Finalmente, en 1903 la comunidad italiana logra establecer un imponente mausoleo en el Cementerio General de San José, que aún se conserva y se localiza al lado del mauseolo de la Sociedad Española de Beneficencia.16​

Además, durante este lapso es que: los linajes italianos se extienden por todas las capas sociales de la demografía costarricense, muchos inmigrantes logran establecer sus negocios, comercios y empresas de una manera satisfactoria, comienzan a nacer futuros e ilustres ítalocostarricenses de una manera masiva y verdaderamente se experimenta una prosperidad sin precedentes entre algunas cúpulas de la sociedad italiana radicada en el país.

Así, crece continuamente la colectividad itálica del país, hasta superar las 15.000 personas en el Periodo de Entreguerras.16​ proviniendo la mayoría de la zona del Mezzogiorno, en particular de Calabria y Sicilia. Pero sería durante la Segunda Guerra Mundial que el flujo de inmigrantes queda casi paralizado y la floreciente época dorada de la colectividad italiana llega a su fin, pues la comunidad tendrá que enfrentar una de sus más difíciles pruebas.

La parálisis y la persecución: 1940 – 1945

Véase también: Persecución de alemanes e italianos en Costa Rica durante la Segunda Guerra Mundial.

Actividad nazi llevada a cabo en el Club Alemán de San José en 1930: la proliferación del nazismo y el fascismo en las comunidades germana e itálica de la época fueron una de las causas de la persecución.

Durante la Segunda Guerra Mundial los italianos no sólo dejan de emigrar hacia Costa Rica, sino que el gobierno declara la guerra al Eje y empieza a perseguir, arrestar e incluso deportar hacia los Estados Unidos o a campos de concentración a los ciudadanos alemanes, italianos y japoneses.17​

Esta sería una de las épocas más duras para la colectividad, pues aparte de que cientos de personas perdieron su trabajo, negocio y libertad; se vieron innumerables casos de familias divididas. A eso se le suma el estancamiento en el flujo de inmigrantes italianos, quedando paralizado el crecimiento sostenido y floreciente que experimentó la comunidad desde finales del siglo anterior.18​

Después de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno liberó a los italianos presos y regresó a los que fueron deportados, además hubo una limitada recuperación de la emigración italiana, en parte proveniente de las antiguas colonias italianas (como Libia) y, nuevamente, del sur de Italia.

La colonización de San Vito: 1950 – 1960

Luego, durante la década de los 50, la inmigración tomó nuevamente un carácter discontinuo, hasta el año de 1952 en el que el gobierno de Costa Rica organizó un proceso de creación de colonias agrícolas. Su propósito era doble: en primer lugar se buscaba poblar al país con inmigrantes y en segundo lugar, asentar a esta población en sitios periféricos del país.19​ El caso más exitoso se dio al sur de la provincia de Puntarenas, en la comunidad de San Vito, que se fundó gracias a la colonización de personas provenientes de Europa, específicamente de Italia.20​

Vista del área de San Vito, la comunidad colonizada por italianos en la década de los 50.

Fue así como un grupo de pioneros italianos de cuarenta diferentes lugares, desde Trieste hasta Tarento, con un puñado de Istria y Dalmacia, fue enérgicamente dirigido por los hermanos Vito y Ugo Sansonetti —fundadores de la Sociedad Italiana de Colonización Agrícola y contratados por el Estado para llevar a cabo la colonización— asentándose de manera masiva en el cantón de Coto Brus y fundando, entre otras comunidades, la de San Vito de Java.21​

Vista del área de San Vito, la comunidad colonizada por italianos en la década de los 50.

Esta inmigración italiana constituye un ejemplo típico de la colonización agrícola dirigida, la cual se asemeja en muchos aspectos a lo ocurrido en otros lugares de Latinoamérica.22​ Sin embargo, fue este uno de los casos más relevantes de inmigración procedente de Italia, pues hasta nuestros días se preservan nexos culturales bastante fuertes como: el hecho de que en esta comunidad y sus alrededores se habla el idioma italiano, existe un dialecto castellano regional con fuerte influencia italiana, se divisa una marcada gastronomía ítalocostarricense y multitud de personas descienden de los itálicos colonizadores del siglo XX.23​ Inclusive San Vito es la única localidad costarricense donde la lengua italiana es estudiada obligatoriamente en la escuelas primarias y secundarias.24

Actualmente, los italianos de Costa Rica y sus descendientes han alcanzado niveles de máxima importancia y se encuentran distribuidos en todas las provincias y clases sociales del país.

Regiones de origen
Como se menciona anteriormente, los italianos que emigraron a Costa Rica lo hicieron desde todas las regiones de Italia, ya sea de manera esporádica e individual o en arribos masivos. Igualmente, son tres corrientes migratorias multitudinarias las que destacan: la primera, acaecida en la década de 1880, trajo al país a miles de lombardos9​ y sentó las bases para la futura consolidación de la colectividad en la nación. La segunda, que ocurrió a partir de 1900, constituyó la más grande de todas, pues se compuso de más de 10.000 italianos sureños, siendo el 70% de Calabria.25​ Por su parte la tercera, y última, se dio en la década de los 50 cuando italianos de todas las regiones colonizaron la Zona Sur de la nación.23

Adaptación de los inmigrantes y descendencia

Con la inmigración italiana se crearon los ítalocostarricenses, o sea, los descendientes —nacidos en Costa Rica— de estos inmigrantes italianos.26​ En comparación a la integración italiana en otras partes y sociedades del mundo, como en los Estados Unidos, los italocostarricenses no sufrieron de sentimientos anticatólicos o racistas preocupantes, que sí padecieron los afrocostarricenses. La fundamentalmente católica sociedad costarricense aceptó de manera generalizada a los nuevos colonos, con los que fueron capaces de construir al naciente país. Los italocostarricenses se integraron, en general, mejor en la sociedad que casi cualquier otra colectividad foránea, debido —entre muchas cosas— a la semejanza en los idiomas español e italiano, a la religión católica predominante y a la multitud y crisol humano que representó el asentamiento itálico en la nación.6

Pese a eso, los inmigrantes italianos no estuvieron exentos de ciertos movimientos xenofóbicos, acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial, en una época tan inestable como la de los años 1940 para Costa Rica y el mundo en general. Como se menciona anteriormente, el país declara la guerra al Eje y comienza una persecución y arresto de los ciudadanos italianos presentes en la sociedad costarricense.6

Por otro lado, a los inmigrantes italianos y sus descendientes se les conoce como tútiles, un gentilicio acuñado en el contexto de la primera inmigración itálica masiva hacia el país. Este término se originó durante la construcción del ferrocarril, cuando los obreros italianos se organizaban en cuadrillas, comandadas por un jefe que los enlistaba al grito de «tutti qui!» («¡todos aquí!», en italiano), exclamación que probablemente la población costarricense comenzó a relacionar con los inmigrantes itálicos durante su inicial arribo en masa al territorio.27​ nota 3​

Superadas las adversidades de los años 40 y consolidada de manera satisfactoria la comunidad ítalocostarricense, comienzan a nacer y dispersarse multitud de personas con ascendencia italiana, al ser este el segundo grupo étnico más grande del país. Muchos de ellos logran destacarse en incontables ramas y disciplinas —desde la política hasta la actuación— generando un destacable aporte para la identidad costarricense.

Fue notable el aporte de los italianos en diferentes campos como el arte, política, ciencia, deporte, religión, comercio, etc.

Referencias:

1.Censo Nacional de Población y Vivienda – Extranjeros». Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC). 2011. Consultado el 7 de enero de 2017.

2.Ramírez, Kevin (11 de junio de 2012). «Costa Rica e Italia: países unidos por la historia y la cultura». Acontecer – Universidad Estatal a Distancia. Consultado el 7 de enero de 2017.

3.Bariatti, Rita (1997). «La inmigración italiana en Costa Rica. Primera Parte: Prologo». Fragmento de la primera parte de la publicación de la Dr.Bariatti sobre la inmigración italiana en Costa Rica. Universidad Autónoma de Centro America. Consultado el 7 de enero de 2017.

4.Brancacci Rendine, Matteo (25 de noviembre de 2016). «La presencia italiana en Costa Rica» (PDF). Primera Plana. Consultado el 7 de enero de 2017.

5.«Diáspora italiana en cifras» (PDF) (en italiano). Fondazione Migrantes. p. 2. Archivado desde el original el 9 de mayo de 2006. Consultado el 28 de agosto de 2009.

6.Bariatti, Rita (1989). «Inmigrantes Italianos en Costa Rica: Estudio de su integración mediante fuentes orales». Revistas Académicas de la Universidad Nacional. Consultado el 7 de enero de 2017.

7.«Costa Rica Genealogical Records – Most Common Surnames in Costa Rica». Estudio genealógico de Costa Rica; lista de los apellidos más populares de los costarricenses. 8 de los 200 apellidos más comunes del país —Rivera, Granados, Sandí, Garro, Loría, Retana, Valerio, Román— tienen algún o un absoluto origen italiano, una de las medias más altas en América. (en inglés). Forebears. 2015. Consultado el 7 de enero de 2017.

8.Bariatti, Rita (1997). «La inmigración italiana en Costa Rica. Tercera Parte: La inmigración esporádica del siglo XIX». Fragmento de la tercera parte de la publicación de la Dr.Bariatti sobre la inmigración italiana en Costa Rica. Universidad Autónoma de Centro América. Consultado el 7 de enero de 2017.

9.Bariatti, Rita (1997). «La inmigración italiana en Costa Rica. Cuarta Parte: El flujo inmigratorio masivo». Fragmento de la cuarta parte de la publicación de la Dr.Bariatti sobre la inmigración italiana en Costa Rica. Universidad Autónoma de Centro América. Consultado el 7 de enero de 2017.

10.Bagnarello Ramírez, Álvaro (2007). «La inmigración italiana en Costa Rica». Nicaragua Hoy. Consultado el 7 de enero de 2017.

11.Primeros italianos en Costa Rica.


12.Bariatti, Rita (1997). «La inmigración italiana en Costa Rica. Segunda Parte: La inmigración esporádica durante el periodo colonial». Fragmento de la segunda parte de la publicación de la Dr.Bariatti sobre la inmigración italiana en Costa Rica. Universidad Autónoma de Centro América. Consultado el 7 de enero de 2017.12.

13.Ungaro, Diego (13 de noviembre de 2011). «Historia de hermandad». La Nación. Consultado el 7 de enero de 2017.

14.Texto de vínculo Archivado el 6 de julio de 2015 en la Wayback Machine., Inmigracion en Costa Rica.
«Mantovani nella Costa Rica (en italiano)». Archivado desde el original el 15 de enero de 2010. Consultado el 4 de abril de 2012.

16.Bariatti, Rita (1997). «La inmigración italiana en Costa Rica. Quinta Parte: La cohesión de la comunidad italiana de Costa Rica». Fragmento de la quinta parte de la publicación de la Dr.Bariatti sobre la inmigración italiana en Costa Rica. Universidad Autónoma de Centro América. Consultado el 7 de enero de 2017.

17.Peters, Gertrud; Torres, Margarita (2002). «Las disposiciones legales del gobierno costarricense sobre los bienes de los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial». Anuario de Estudios Centroamericanos Universidad de Costa Rica 28 (1-2): 137-159.

18.Dyer, Zach (15 de diciembre de 2014). «The story of Costa Rica’s forgotten World War II internment camp». The Tico Times.

19.Vargas G.(2012). Geografía de Costa Rica. (2 ed.) EUNED. Costa Rica.

20.Weizmann H. (1987) Emigrantes a la conquista de la selva (2.ª ed.)Comité de la Sociedad Cultural «Dante Alighieri» de San Vito. Costa Rica.
21.Emigrazione italiana a San Vito da Java

22.Sansonetti V. (1995) Quemé mis naves en esta montaña: La colonización de la altiplanicie de Coto Brus y la fundación de San Vito de Java. Jiménez y Tanzi. San José, Costa Rica.

23.Solís Lerici, Alessandro (18 de noviembre de 2016). «Esta semana en ‘Revista Dominical’: Los 65 años de San Vito, un pueblo de migrantes». Revista Dominical – La Nación. Consultado el 7 de enero de 2017.

24.Colegio Italo-Costarricense

25.Cappelli, Vittorio. Nelle altre Americhe. Calabresi in Colombia, Panamà, Costa Rica e Guatemala. La Mongolfiera. Doria di Cassano Jonio, 2004.

26.Roberto Tortora (2016). Costa Rica, colonia italiana (Reportaje) (en italiano). Italia. Escena en 0:20. Consultado el 4 de mayo de 2017.

27.Aguilar Bulgarelli, Oscar (1 de enero de 1989). «La huelga de los tútiles, 1887-1889: un capítulo de nuestra historia social» (PDF). Universidad Estatal a Distancia. Consultado el 13 de enero de 2017.

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