Los comienzos de la imprenta del Estado costarricense se remontan a los meses de setiembre y octubre de 1835, época en que se vivió la llamada Guerra de la Liga, que consistió en una alianza entre las ciudades de Cartago, Heredia y Alajuela, para combatir la hegemonía de la ciudad de
San José.
Al finalizar este conflicto, que culminó con la victoria de San José como capital del país y como consecuencia del enfrentamiento armado, el Lic. Don Braulio Carrillo Colina, Jefe Supremo del Estado, ordenó abrir un riguroso proceso contra los principales implicados, entre los cuales estaba don Joaquín Bernardo Calvo, propietario de la Imprenta de la Merced.
De esta manera, el 18 de octubre de 1835, el Ministro General de San José, Anselmo Sancho, ordenó al Jefe Político de San José, proceder al embargo de los bienes de don Joaquín Bernardo Calvo, para ello se realizó un avalúo y se determinó fijar el monto de su deuda con el Estado en mil quinientos cuarenta y dos pesos con seis reales. Fue entonces cuando el Estado decidió adquirir por el valor señalado la Imprenta de la Merced, entre otras disposiciones.
Por tanto, se puede concluir que la adquisición de la primera Imprenta del Estado, vino a ser consecuencia inevitable de la expropiación que se hizo de los bienes de don Joaquín Bernardo Calvo, cómplice y cabecilla de la Guerra de la Liga. De tal manera, para el establecimiento de la Imprenta del Estado, no medió ninguna disposición legislativa, sino la incautación de una ya existente, como una especie de botín revolucionario. Por ello, se ha hecho difícil saber cuál fue la fecha precisa de la fundación de la Imprenta Nacional. De acuerdo con el historiador Carlos Meléndez podría establecerse como tal el día en que se realizó el embargo, el 19 de noviembre de 1835.
La adquisición de la Imprenta por parte del Gobierno fue fundamental, entendiendo que ésta representaba un instrumento de mucho valor para la proyección institucional en momentos de inestabilidad política.
DÓNDE SE UBICÓ LA IMPRENTA NACIONAL:
1.La Imprenta quedó ubicada en lo que era la casa de habitación del Sr. Joaquín Bernardo Calvo, a quien le pagaban un alquiler mensual. Esta se ubicaba en lo que es hoy la Avenida Central, calle 1 y 3 (esquina sureste de la manzana de la Librería Lehmann, hoy Edificio Cronos).

Desde el momento en que inicia el funcionamiento de la Imprenta Nacional el 19 de noviembre de 1835, hasta el mes de diciembre de 1836, no se ha precisado quién pudo haber sido su primer director o si fueron varios.
La influencia de la corriente liberal que entonces se empezaba a vivir en nuestro país, influyó para que el Gobierno tomara la decisión de firmar el convenio el 2 de enero de 1837 con el Presbítero Vicente Castro, para que este último se hiciese cargo de la Imprenta. Sin embargo, este contrato no se prolongó más allá del 3 de agosto, pues, aparentemente, existían perjuicios económicos para el Presbítero que lo llevaron a disolver dicho contrato.
En el país no existían suficientes personas para atender el negocio de las imprentas, dado el nivel de especialización que requería. Por esta causa el Jefe de Estado, Carrillo, hizo comparecer al Presbítero Vicente Castro ante el Ministerio General el 27 de julio de 1838, para ofrecerle de nuevo la Dirección de la Imprenta del Estado.
No debió ser buen negocio, pues pasados apenas dos meses, Castro planteó un pliego de observaciones, que reflejan su decisión de separarse de nuevo de su compromiso. Sin embargo, se concluye que la figura del Presbítero Vicente Castro parece haber sido clave en el desarrollo primigenio de la Imprenta del Estado en Costa Rica, además de haber sido su primer Director.
La imprenta, desde su creación ha representado un instrumento fundamental para la participación, comunicación y educación de los seres humanos, así como un medio formador de la opinión pública y baluarte de la libertad de expresión, de manera, que siempre estuvo en la preocupación del Estado costarricense desde sus inicios.

2.De esta forma el Gobierno en aras de mejorar su propia imprenta, se encargó durante gran parte del siglo XIX a mejorar la maquinaria y materiales para enriquecer los servicios que esta institución daba a la ciudadanía. Es por ello que en 1841 luego se trasladó de la residencia del Presbítero Vicente Castro, al local de la Factoría de Tabacos, donde se hallaban las oficinas públicas del gobierno y que corresponde hoy a la manzana que ocupa actualmente el Banco Central. En ese sitio debió permanecer la Imprenta hasta el año de 1855 y, por su mal estado, debió ser destruido para levantar, allí mismo, el Palacio Nacional.

3.Más adelante, la Imprenta se trasladó a la Calle de El Carmen No 24, según nomenclatura de la época, ubicación que corresponde a un local no determinado, situado en avenidas 0 y 1 sobre la calle central, muy próximo al templo de El Carmen, sin embargo, hay quienes señalan que pudo haber estado ubicada entre las calles 1 y 3 o bien 2 y 4, ambas sobre la Avenida Central (50 m Oeste de donde se había ubicado).
4.No se ha podido precisar con exactitud a partir de qué fecha la Imprenta Nacional fue trasladada de la Calle de El Carmen al local anexo a la casa del Cuño. En 1895 estaba allí, aun cuando, según la nomenclatura urbana de la época, su ubicación era calle 19 norte, avenidas 5 y 6 oeste. Hoy día sería avenida 3, calle 4, en la misma manzana del Edificio de Correos, extremo sureste. En este local se encontraban las oficinas, el Área de Tipografía, de Litografía y de Encuadernación.
5.Finalmente, el gobierno adquirió un terreno en el sector de la Uruca en el cual construyeron un nuevo edificio en el año 1973, luego en 1985 se logró la construcción de una segunda etapa que vino a solucionar los problemas de espacio de la creciente industria de producción. Este mismo edificio es el que continúa albergando a esta emblemática institución.
GALERÍA DE FOTOGRAFÍAS:









Otros temas relacionados:
La Primera Imprenta que llegó a C.R.
Historia del Periodismo en C.R.
Referencias:
Imprenta Nacional de Costa Rica, página oficial.
Fotografías varias de Internet.
Investigación Mi C.R. de Antaño, Maritza Cartín E.