Período Republicano (1848-1920) de la Arquitectura Costarricense.

La vida como república se empezó a consolidar con la exportación e importación, en especial la exportación de café, cacao y banano (de hecho hasta 1840 no circuló moneda y las transacciones se hacían con granos de cacao) y cada uno tuvo un impacto específico y duradero en la arquitectura local.

El café de Costa Rica empezó a cultivarse de manera generalizada en la década de 1830, sobre todo en San José. Las primeras exportaciones fueron hacia Chile y posteriormente alcanzaron el mercado de Gran Bretaña.

En Costa Rica, el cultivo comercial del banano inició a mediados de la década de 1880. Fue desarrollado por el estadounidense Minor C. Keith, quien había obtenido un contrato con el Estado para terminar el ferrocarril que comunicaría la parte central del país con el puerto caribeño de Limón. El contrato aseguró a Keith la explotación del ferrocarril y de 800.000 acres de tierra en diversas partes del país durante 99 años.

Basílica de los Ángeles en Cartago, Luis Llach, 1890. El santuario data de 1635 y es el objetivo de la mayor peregrinación anual del país por bendiciones de la «Negrita».

La construcción del ferrocarril al Atlántico atrajo una masiva cantidad de mano de obra masculina afroantillana, proveniente, en su mayoría, de la isla de Jamaica. Hasta entonces, la población indígena (bribrí y cabécar) había sido mayoritaria en la zona, incorporando una nueva variable cultural y arquitectónica. La administración de Juan Mora Porras intentó controlar la obra pública, acción que se consolidó con la creación de la Secretaría de Obras Públicas en 1860. Al lograr un poder ejecutivo fuerte, la hacienda pública pudo disponer de los fondos para un programa de desarrollo arquitectónico, el cual se puso como meta dotar al Estado de edificios públicos que albergaran a los poderes de la República.

Con el Teatro Mora ubicado en el centro de la capital pretendió brindar a la élite un espacio cultural, apropiado para quienes evocaban constantemente sus vínculos con Europa. Sin embargo los anuncios de la época indican que la entrada para los «descalzos» era sin paga.

Otros edificios que cabe mencionar es el Palacio Nacional de Costa Rica, construido entre 1851 y 1856 por Francisco Kurtze. En su propuesta neoclásica, el palacio pretendía representar un Estado fuerte y centralizado como símbolo de la naciente República y el Palacio Presidencial, construido entre 1866 y 1869 por el ingeniero mexicano Ángel Miguel Velásquez.

El Castillo azul, edificio anexo de la Asamblea Legislativa, Cuesta de Moras, San José, Costa Rica, 1911. Estilo neocolonial y mediterráneo, obra de Alfredo Andreoli Ceré.

El Estado desarrolló una serie de «tipologías» arquitectónicas: cuarteles, cárceles, hospitales e instituciones de beneficencia y colegios de educación secundaria. El siglo XIX fue un siglo de urbanismo y de control social, y la arquitectura respondió a esos parámetros. La visión de mundo de las élites liberales dirigentes comulgaba con cánones arquitectónicos que habían adoptado en Francia, Inglaterra, Bélgica e Italia.​

Teatro Nacional de Costa Rica, San José, Guillermo Reitz, Ángel Miguel Velásquez, Nicolás Chavarría, Luis Matamoros, 1897.
Casa Jiménez Sancho (donde nació el Expresidente y Benemérito de la Patria, Lic. Don Jesús Jiménez Zamora,Cartago),  (1911)  Cartago. Ejemplo del estilo victoriano de finales del siglo xix y principios del siglo xx

Todavía se conservan varios edificios representativos de las obras: el Antiguo Cuartel Alajuela hoy Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, ubicado en el centro de la ciudad, edificio de mampostería de piedra y ladrillo construido entre 1875 y 1879 bajo la dirección y diseño del arquitecto francés Gustavo Casalini; el Hospital San Juan de Dios de San José, iniciado en 1852 y rehabilitado en la década de 1880 y el asilo Hospital Psiquiátrico Manuel Antonio Chapui, de diseño neogótico, construido entre 1885 y 1890. Otro ejemplo representativo es el Colegio Nuestra Señora de Sión, de estilo neoclásico, construido en la década de 1880. (Historia de la Asamblea Legislativa (cuatro edificios))

Un verdadero cambio técnico se dio entre 1888 y 1910. El Estado liberal tomó medidas tendientes a fiscalizar la construcción y a permitir el concurso de la empresa privada en la edificación de las obras públicas. A inicios de la década de 1890, la Dirección de Obras Públicas reforzó los departamentos de supervisión y asistencia técnica con profesionales idóneos, tanto nacionales como extranjeros. El colegio Superior de Señoritas y otros centros educativos fueron construidos con este sistema. La Secretaría de Obras Públicas inició los trabajos en 1888 y en 1890 encomendó su reestructuración al empresario Federico Medcalf.

Después del devastador sismo que asoló el Valle Central en 1888, se revisaron los materiales y las técnicas de construcción vigentes en el país. El paisaje arquitectónico de la región estaba homogeneizado por el adobe, el bahareque, la mampostería de ladrillo y el calicanto. Al carecer de alma de hierro, las estructuras que se erigían con esos materiales se constituían en verdaderas trampas mortales cuando ocurrían los terremotos. Como medida de carácter preventivo se dictó una nueva normativa de construcción, según la cual se reguló la utilización de la madera, se prohibió el uso del adobe y se recomendó el uso de nuevos sistemas de construcción que utilizaran materiales más flexibles y livianos.

Tanto el templo metálico de Grecia como el Edificio Metálico o Escuelas Graduadas fueron encargados a casas industriales belgas, en 1889 y 1890 respectivamente, el primero por iniciativa del obispo Thiel y el segundo por decisión del Estado. Ambas estructuras fueron «armadas» entre 1890 y 1896, bajo la dirección de profesionales del país y con el trabajo de operarios locales. La construcción del ferrocarril al Atlántico había sido una escuela para estos operarios.

Edificio de Correos y Telégrafos de C.R.  Lluis Llach, 1917. De estilo neoclásico europeo, también se le calificado con cierto estilo churrigueresco

En las dos últimas décadas del siglo XIX, la sociedad ya contaba con un nuevo repertorio arquitectónico constituido por edificios cívicos y privados y por los monumentos que consagraban la épica oficial entre los que vale mencionar:

El Monumento Nacional y el Teatro Nacional de C.R.  (inaugurado en 1897) se suscriben dentro de cierto eclecticismo imperante cuyos autores son Guillermo Reitz, Ángel Miguel Velásquez, Nicolás Chavarría y Luis Matamoros y el escultor francés Louis-Robert Carrier-Belleuse.

También el Edificio Métálico/Escuela Buenaventura Corrales, San José, avenida 5ª, Parque España, por Charles Thirion (1890-1895) y la Estación del Ferrocarril al Atlántico, San José, avenida de las Damas, por Jaime Carranza, 1908. En 1907, el italiano Francesco Tenca construyó el Edificio Steinvorth, San José, ejemplo de la arquitectura modernista en Costa Rica, con decoraciones estilo Art Nouveau.

A finales de siglo XIX se introduce al país el estilo victoriano (característico de la época de la reina Victoria en Inglaterra), para la construcción de viviendas de la burguesía cafetalera y de algunas escuelas y edificios, muy visibles en el Barrio Amón de San José.

El prototipo de hacienda guanacasteca se caracterizó por tener como casa principal era una estructura de madera sin pintar o bahareque con techo de teja de barro. Algunas de ellas montadas sobre basas de piedra, otras sobre horcones, piso de madera en forma de L, ventanas y puertas de madera. La cocina era una estructura separada ubicada en uno de los costados de la casa.

Ejemplo son las haciendas las Delicias y la Santa Rosa ubicadas al norte de la provincia de Guanacaste, cerca del antiguo camino del arreo.

La Casona Santa Rosa, está ubicada en el declarado Parque Nacional con el mismo nombre y consiste en una estructura de bahareque y madera, montada sobre un alto zócalo de cal y canto. Tanto sus corrales como la ubicación de la casa están relacionados con varios eventos históricos, entre ellos uno de los más relevantes para la historia nacional, la Campaña Nacional de 1856-1857, batalla librada para derrotar a los filibusteros del norte al mando de William Walker…biografía que pretendían instalar estados norteamericanos esclavistas en Centroamérica, ésta permitió afirmar la soberanía y la identidad nacional.

El estilo caribeño tuvo su consolidación con obras en el puerto de Limón, donde se realizaron obras de saneamiento y se introdujo el lenguaje caribeño. Tanto el parque Vargas como el mercado municipal, construidos en 1895 y 1875 respectivamente, son magníficos exponentes de las obras realizadas en ese momento.

Para construir el primero se desecó un pantano y se formó un relleno. El jardinero francés Andrés Bonifé sembró laureles de la India, palmeras y otras plantas del Caribe. El mercado, con estructura de hierro, fue construido por la compañía de origen extranjero Forés y Roig.

Archivo:Limon Costa Rica - Historic Catholic Building.png
Casa Misionera y Primera Iglesia Bautista, Limón

Otras obras de influencia fueron el edificio Black Star Line y la Casa Misionera y Primera Iglesia Bautista, ubicadas en el centro de Limón, dentro del estilo victoriano adaptado al clima.

Como el Ave Fénix, Limón verá resurgir de sus cenizas al Black Star Line |  Informa-Tico

Black Star Line, Limón (Fotografía Informa Tico).

Referencias:

  • Altezor, Carlos. Arquitectura urbana en Costa Rica. Exploración histórica 1900-1950. Cartago, Editorial Tecnológica de Costa Rica, 1986.
  • Fernández, Andrés. Un país, tres arquitecturas. Art nouveau, Neocolonial Hispanoamericano y Art Decó en Costa Rica 1900-1950. Cartago, Editorial Tecnológica de Costa Rica, 2003.
  • Troyo, Elena y otros. Historia de la Arquitectura de Costa Rica. San José, Fundación de Museos del Banco Central, 1998.
  • Fumero, Ana Patricia. El advenimiento de la modernidad en Costa Rica: 1850-1914. San José, Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2004. San José, Editorial Costa Rica, 1978.
  • González, Alfredo y González, Fernando. La Casa Cósmica Talamanqueña y sus Simbolismos. San José, Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (EUNED), 1989.
  • Gutiérrez, Manuel. La casa de adobes costarricense. San José, Departamento de Publicaciones de la Universidad de Costa Rica, 1972.
  • Gutiérrez, Samuel. Arquitectura Caribeña Puerto Limón, Bocas del Toro. Colombia, Editorial Escala Limitada, 1991.
  • Woodbridge, Richard. Historia de la Arquitectura en Costa Rica. Cartago, Editorial Tecnológica de Costa Rica, 2003.
  • Fonseca Zamora, Oscar (1992). Historia antigua de Costa Rica: surgimiento y caracterización de la primera civilización costarricense. Universidad de Costa Rica. 

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