

- Historiadora Laura María Rivera Figueroa.
Departamento de Servicios Parlamentarios Asamblea Legislativa,2010.



La propiedad que hoy alberga la Casa de la Ciudad originalmente pertenecía a unos curas. Fue mandada a construir por el padre Fulgencio Bonilla entre 1879 y 1880. De arquitectura sólida este edificio está influenciado por el neo clásico francés y por su suntuosidad y es una excepción en la arquitectura urbana cartaginesa. En su construcción mixta intervinieron el calicanto, la tela metálica y la madera, así como detalles decorativos de granito labrado. Sus pisos, cielos y paredes de tablilla fueron dispuestos con un alto sentido decorativo. Los materiales de construcción eran sumamente novedosos en aquel tiempo, sobre todo porque la ciudad decimonónica había sido edificada con adobe y calicanto. La Casa Pirie hace gala de su fortaleza antisísmica con sus paredes de calicanto de 70 cm de espesor. El inmueble de dos pisos, presenta un claustro central cerrado por trabajo de herrería y columnatas y a la vez rodeado por dos corredores, uno inferior y otro superior.
Entre 1880 y 1900 el Dr. Pirie la adquirió y sobre sus gruesas paredes de casi un metro de ancho le hizo una segunda planta donde ubicaría su casa de habitación. En la planta de abajo tendría su consultorio y en la esquina sur este ubicaría a la recordada botica que durante muchos años administraría su sobrino Willy Pirie.

En esa esquina de la casa actualmente se observa, tapado con mortero, lo que en ese tiempo fue un escudo que decía «Botica Pirie Hnos.» Tanto la botica como el consultorio eran muy famosos y concurridos porque en esa época casi no había médicos en Costa Rica. Las recetas, elaboradas por él, eran expendidas en la farmacia y los pacientes, ricos y pobres, niños y adultos aquejados por las enfermedades propias de la época acudían a él constantemente. Mi valiente abuelo, fue un hombre muy querido en a vieja ciudad de Cartago.



El inmueble se encuentra inscrito en el Registro Público Partido de Guanacaste al folio real 3.128 a nombre de la Municipalidad de Liberia cumpliendo así con la ley # 5138 de 24 de noviembre de 1972 en donde se traspasa el inmueble a dicha municipalidad de Liberia la cual ha estado en posesión del mismo hasta la fecha. La naturaleza del inmueble es «terreno de casa y solar destinado a construcción de museo». Es una casa esquinera o forma tradicional de ocupación de la manzana en la colonia a fin de dejar el solar para la familia. Consta de 2 salones con piso de madera, uno de mediano y otro grande, 2 salas, corredores y pasillos de mosaicos de iglesia; levantada sobre un nivel de acera con zócalo. La edificación es un sincretismo de técnicas y materiales. Tiene un corredor con columnata que es el espacio social por excelencia, ventanería y puertas con guarnición y clásica puerta del sol. Seguir leyendo Casa de Gobernación Liberia, Guanacaste, 1801-1850.





















































Referencias:
Fotografías tomadas de Internet.




En el proceso de modernización, tanto de carácter infraestructural como cultural que experimentó la ciudad de Cartago a mediados del siglo XIX y los albores del siglo XX, la ropa se convirtió en un símbolo de distinción y de estatus. Para las élites, no sólo importaba decorar con lujo el hogar o comportarse de una manera determinada, sino también vestirse apropiadamente para cada ocasión.
La manera de exhibir los diseños de moda, ajuares, pañolones o chales bordados, de parte de la elite cartaginesa, era asistiendo a eventos o actividades de tipo religioso (Semana Santa, Año Nuevo, Pascua de Reyes o fiestas patronales), rezos, bautizos, casamientos, bailes (de familia o en los salones del Palacio Municipal), picnics (en la hacienda El Molino), conciertos y veladas artísticas o posando ante la lente del fotógrafo. Las fotografías de los miembros de la élite, por ejemplo las de la familia Pirie, resaltan visualmente la idea de poderío económico y social, evidente, entre otros aspectos, por la ropa que usaban.

Crónicas literarias y relatos de viajeros hicieron mucho énfasis en la calidad de los trajes que las damas y los caballeros lucían para dichos eventos sociales. Seguir leyendo Moda y Sociedad en Cartago en los siglos XIX e inicios del XX.

En 1938, durante la administración de León Cortés, fue construida la actual capitanía; donde se administraba la importación y exportación. Con un estilo colonial, se encuentra junto a la entrada del muelle. Tanto en el pasado, como en el presente, este sitio alberga empleados gubernamentales de diferentes instituciones como del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico y en la actualidad a funcionarios del área de turismo y seguridad pública. Seguir leyendo Antigua Capitanía de Puntarenas, 1901-1950.
Conocido como Parque Central Ignacio Pérez Zamora, en honor a la memoria de uno de los miembros de la primera Municipalidad de Esparza y uno de los hombres más prominentes en la Historia de Esparza del siglo XIX.
Al costado Oeste del Parque se encuentra un busto en honor del señor Ignacio Pérez Zamora.
Seguir leyendo Parque Central Ignacio Pérez Zamora, Esparza, Puntarenas (1851-1900)
Parque Central de Alajuela, cuyo nombre real es General Tomás Guardia, se construyó en el año 1892, en su momento la obra tuvo un costo de 2.700 pesos. Se reconstruyó en el año 1928. Antes de la construcción del parque en esos terrenos existió el primer mercado Alajuelense en el año de 1782.
Seguir leyendo Parque General Tomás Guardia (Parque Central), Alajuela
Remembranza
Ésta es una escena típica de los guanacastecos de antaño, cuando nuestros abuelos vivían en los campos rodeados del transporte de aquella época.
Tiempos que en la actualidad cuesta observarlos en la pampa guanacasteca, porque nuestras tradiciones y cultura han ido desapareciendo poco a poco…
Lo que queda en estos tiempos es recordar de cómo vivieron nuestros abuelos, era una época dorada.
Diario Digital El Independiente. Edgar Cantón
carvajaleventoslimon youtube. Publicado 21 setiembre 2011

Fotografía de Susanne Alvarado.
La casa fue construida al norte del cantón de Cañas en el año 1888, su estilo hacienda fue representativo de la época.
Para edificarla, los constructores utilizaron cedro y pochote. La levantaron cerca de almendros, tamarindos, higuerones y guanacastes para disfrutar de espacios frescos. La casona tiene amplios ventanales en forma de arcos labrados para darle a la construcción cierto aire europeo.
El voladizo (un corredor de cedro) es custodiado por barandales de tablones. Un arco de pequeñas tablillas sirve como entrada principal. Elaborar semejante pieza, sin duda alguna, fue laborioso. La clave (pieza de madera que le da firmeza al arco) tiene tallada una cruz, distintivo muy usual en esa época para librarse de malos augurios.
La casa tiene tres amplios cuartos y un techo piramidal cubierto por tejas. En el fondo, todavía en pie, el fogón de doña Pacífica parece que fue utilizado apenas ayer. Lo montaron sobre una mesa de madera y para que el fuego no lo consumiera, lo cubrieron con bahareque, piedras y arena. Esos elementos servían de aislante.

Foto de http://www.christiesrealestate.com
Las historias de las viejas haciendas guanacastecas siempre tienen un encanto particular. Podríamos sentarnos en una inmensa piedra debajo de árbol frondoso, cerrar los ojos en medio de la quietud del campo e imaginar la vida allí 80 años atrás, sin mayor ruido que el de los animales pastando y el correr del río a pocos metros. Un ambiente limpio, una quietud envidiable, una vida pacífica.
Pacífica Fernández Guardia, nacida en San José en 1864, era hija del presidente de la república Próspero Fernández Oreamuno y esposa del también presidente Bernardo Soto Alfaro. En 1888, su marido le regaló una hacienda en Guanacaste donde ella encontró refugio y descanso. Mandó construir una casona donde pasar largas temporadas y a su nueva propiedad la bautizaron “La Pacífica” en honor a la dueña.
La hacienda cuenta con más de 2000 hectáreas de extensión y se encuentra dentro de una de las pocas reservas privadas en el bosque tropical seco de Guanacaste, único en el mundo. Allí, entre los ríos Corobicí y Tenorio, sobre la carretera interamericana norte, entre las ciudades de Cañas y Bagaces, justo a cinco kilómetros de Cañas está el Hotel Hacienda La Pacífica, un lugar cuya arquitectura y ambiente rescatan ese legado centenario y lleno de historia de la hacienda. Hotel, restaurante, centro de eventos, hacienda productiva: La Pacífica lo tiene todo.
Referencias:

Un sábado de noviembre acompañé junto con mi esposo Oscar a mi hermano Joel a la ciudad de Nicoya. Salimos muy temprano rumbo a las tierras Nicoyanas. Me dije es hora de hacer trabajo de campo.
Seguir leyendo Templo Católico San Blas, Nicoya, Guanacaste, 1801-1850.
La Casona o «Casa grande» de Santa Rosa fue la casa más grande en la finca de Santa Rosa o la Hacienda Santa Rosa.
Santa Rosa es una de las más antiguas haciendas de Costa Rica. Hay pruebas históricas de su existencia desde 1663. Santa Rosa fue no sólo una de las más antiguas haciendas, pero también uno de las más grandes y se dedica a actividades agrícolas y ganaderas.
Antes de 1863 Santa Rosa fue sólo una casa grande en el centro de varias fincas, hasta que don Inocente Barrios Muñoz, el propietario en ese momento, la incluyo en el Registro Público con el nombre de Finca Santa Rosa
Seguir leyendo Antigua Casona Hacienda Santa Rosa, Liberia, Guanacaste, 1851-1900
Abangares es conocido como el cantón minero de Costa Rica. Ya allí se localizó la industria minera de oro más grande de toda la historia de Costa Rica. El principal distrito minero fue La Sierra de Abangares, donde Minor Cooper Keith ubicó la planta de procesamiento de oro de su compañía Abangares Gold Fields of Costa Rica. Otro distrito abangareño en el cual repercutió la explotación aurífera fue en Las Juntas, donde se desarrollaron centros mineros y donde los obreros convergían los fines de semana a tomar y jugar poker.

El nombre “Abangares” se deriva del nombre del antiguo cacique de la zona cual era “Avancari” que en la lengua náhuatl significa “dios de las aguas” o “dios de los esteros”. A Avancari se le atribuía la fuerza y el caudal del rió que atraviesa el cantón hoy llamado “Río Abangares”.
Seguir leyendo Las Minas de Abangares hoy Ecomuseo, Guanacaste, 1851-1900